Editorial Alaire

Desde hace siglos
son unas fotos con la vejez
de unas hojas que apenas
consiguen algún sentido.
El aire se desgarra, el cielo
es hoy una ciudad que sangra
sus manos que ya no sirven.
¿Cuánta gente va a morir en este rato
en que abrirán la palabra péndulo,
para salpicar desprecio, para
ver si el odio aún perfuma esparce
una ceniza que oscurezca el cielo,
los ruidos imposibles del horror,
sus bombas verticales, el miedo
en los tersos remolinos de una caída
crispando niños en sus gestos inclinados,
una garganta muriendo en forma horizontal,
el rojo, el rojo desecho, próximo a secarse
desierto de sus palabras. Los ojos estupefactos
rotos y estallados de haber sido vida.
De haber un retrato deberán anularlo
por inoportuno, censurable. Todavía
ni una palabra se entiende.

Caen las vetustas soledades del odio sobre el planeta, Macedonio. Tus versos elevan una queja, una penosa anunciación, un abalorio de enconos que parece no cesar jamás.

Abrazo y felicidad.

Por qué no se parará el mundo, todo, como quería Auden, como si todo el mundo fuese nuestro amor, nosotros mismos, que estamos yéndonos y nos paramos para quedarnos, para que nadie se quede fuera. Usar la fuerza de su reivindicación unitaria para reivindicar el mundo entero. Decir en el trabajo, estoy en huelga porque se murió mi amor, si quiere señales mire las noticias.

Bruno Laja escribió:Por qué no se parará el mundo, todo, como quería Auden, como si todo el mundo fuese nuestro amor, nosotros mismos, que estamos yéndonos y nos paramos para quedarnos, para que nadie se quede fuera. Usar la fuerza de su reivindicación unitaria para reivindicar el mundo entero. Decir en el trabajo, estoy en huelga porque se murió mi amor, si quiere señales mire las noticias.

Qué grande este comentario, Bruno.

Abrazo fuerte, amigos.

Macedonio Tracel escribió:Desde hace siglos
son unas fotos con la vejez
de unas hojas que apenas
consiguen algún sentido.
El aire se desgarra, el cielo
es hoy una ciudad que sangra
sus manos que ya no sirven.
¿Cuánta gente va a morir en este rato
en que abrirán la palabra péndulo,
para salpicar desprecio, para
ver si el odio aún perfuma esparce
una ceniza que oscurezca el cielo,
los ruidos imposibles del horror,
sus bombas verticales, el miedo
en los tersos remolinos de una caída
crispando niños en sus gestos inclinados,
una garganta muriendo en forma horizontal,
el rojo, el rojo desecho, próximo a secarse
desierto de sus palabras. Los ojos estupefactos
rotos y estallados de haber sido vida.
De haber un retrato deberán anularlo
por inoportuno, censurable. Todavía
ni una palabra se entiende.

Desgarrador y desgarrado poema Macedonio, su belleza consiste en que el poeta llora el borrado rostro del amor y los ojos violados de los niños. Lloro contigo. ERA

Hallie Hernández Alfaro escribió:Caen las vetustas soledades del odio sobre el planeta, Macedonio. Tus versos elevan una queja, una penosa anunciación, un abalorio de enconos que parece no cesar jamás.

Abrazo y felicidad.

la muerte pura, el odio que no permite palabras, sentido, desacomoda la luz.
franja de gaza , todo se ve desmembrado y roto hasta agotarse de odio

UN POEMA HERMOSO QUE ATRAPA TOTALMENTE AL LECTOR. UN PLACER AMIGO Y UN ABRAZO.