
Agua de agosto
En corro de aluches
la tarde se adentra;
se alargan las sombras de los chopos;
enrojece el sol
en los tapiales
y, de pronto,
estalla la tormenta.
Agua a cántaros de un cielo hecho de fuego
levanta el polvo de la era; se extiende por un aire
de espadañas
el húmedo olor
a tierra
y las manos y los labios buscan manos
y labios, buscan los cuerpos
cuerpos
en que amarse
bajo el manto silencioso de la noche
y las estrellas.
Orillas de los ríos
croan las ranas;
los juncos se cimbrean,
ay,
por las veredas.
González Alonso

Puente de Rande
El puente de Rande se tiende
como una arco gigante,
tensando en sus tirantes
los cegadores portales del día.
Todo en ti es aire
fuerte y flameada potencia
vibrando desde Vigo a Cangas,
y que en el crepúsculo ocupa
alguna nube vacía
como un humo sanguinolento,
desmemoriado
en rojos semblantes de algas.
Sentémonos en una roca
y en éxtasis
observemos los alisados azules del Atlántico
que acariciados por la brisa
en volandas nos llevan
a tres lejanas espaldas de piedra.
Ah… Las Cíes nos miran
con prehistórico orgullo
enredado en la luz de un cristal invisible
que hala y distorsiona
el quimérico espacio
de las gaviotas.
JJm Ferreiro
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