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Los botes espaciales
Publicado: Jue, 31 Jul 2014 19:55
por Julio Gonzalez Alonso
Los botes espaciales con el carburo de la fragua.
Antes de construir el ya desaparecido colegio Doctor Álvarez Miranda en lo que había sido centro de enseñanzas medias durante la Segunda República y que mucho más tarde acabaría reconvertido en Centro de Salud, se podía ver una fragua pegada al costado de la pared de la izquierda del edificio de piedra y ladrillo, raseado. Por la callejuela de la fragua o herrería se llegaba al río, y a su orilla había un potro de madera con todos los artilugios para herrar a los animales. Toda la orilla del río estaba comida de matorrales que desafiaban a los guajes y ponían a prueba su espíritu aventurero intentando adentrarse por entre los ramajes y, aún, consiguiéndolo en gran parte.
El olor de la fragua, los fuelles y el ruido de los martillos golpeando el yunque todavía puedo recordarlo.
El caso es que, a orillas de la misma, se amontonaba el carburo, esa sustancia blancuzca y pesada de olor ácido que formaba parte de los residuos de la actividad de la industria.
Los guajes nos acercábamos para hacernos con el carburo. A escondidas, porque nos lo tenían prohibido; aunque me consta que los mayores, bajo cuerda y con la complicidad del herrero y el pinche, lo conseguían con más facilidad.
El entretenimiento consistía en ir hasta las eras -otras veces hasta los montes de la Gretosa- con unos botes y el carburo. Hacíamos un agujero en la tierra, poníamos el carburo y le echábamos agua, taponando el hueco realizado en la tierra con uno de los botes al que habíamos hecho un orificio en la base. Luego venía lo más difícil. Se trataba de acercar una llama al bote para producir la explosión que lo lanzaba al aire.
No siempre salía como era de esperar y mucho menos a la primera; bien porque no se había formado suficiente gas o porque la operación de acercarle el fuego se demoraba demasiado. Y siempre había peligro de que te reventara el bote en las narices.
Que yo sepa, por fortuna, no hubo accidentes graves con los botes. Cuando se elevaban hacia el cielo tal vez nos imaginábamos ver transformarse nuestros botes en fantásticas naves espaciales como las que, años más tarde, alcanzarían la Luna. Mientras tanto, norteamericanos y soviéticos andaban enzarzados en la carrera espacial. Pero en La Pola, nosotros, con la ayuda del carburo de la fragua, les llevábamos a todos mucha ventaja.
González Alonso
Publicado: Vie, 01 Ago 2014 10:01
por Pablo Ibáñez
Julio,
de nuevo nos sorprendes con estos tiernos recuerdos de guaje. Vuelves la vista atrás con la ternura de un pan de leche, con la precisión de un cirujano, con la lucidez de un maestro de escuela.
Un abrazo, amigo.
Publicado: Vie, 01 Ago 2014 11:18
por Hallie Hernández Alfaro
Aprender a volar es una tarea hermosa, iniciar el espacio con valentía, también.
Didáctico, con bondad e inteligencia, constituye un valioso aporte para Prosa Alaire.
Abrazo grande, Julio.
re: Los botes espaciales
Publicado: Vie, 01 Ago 2014 18:31
por Gerardo Mont
Julio, estimado poeta, creo que las naves que forjaste en aquel tiempo, aún propulsan tus sueños y recuerdos...Se siente en tus letras que desbordan ternura, imaginación y talento. Un gusto pasar por aquí. Un gran abrazo.
Publicado: Dom, 03 Ago 2014 5:19
por Arturo Rodríguez Milliet
La evocación es el complice perfecto que da vida eterna a la imaginación infantil.
Es mucho lo que hoy pones a volar, poeta, sin necesidad del carburo y sin riesgo de reventar el bote en las narices.
Gracias Julio, por compartir las imágenes que se desprenden de esas tiernas evocaciones.
Un afectuoso abrazo.
Publicado: Jue, 18 Sep 2014 16:02
por Julio Gonzalez Alonso
Pablo Ibáñez escribió:Julio,
de nuevo nos sorprendes con estos tiernos recuerdos de guaje. Vuelves la vista atrás con la ternura de un pan de leche, con la precisión de un cirujano, con la lucidez de un maestro de escuela.
Un abrazo, amigo.
El caso, amigo Pablo, es tener la oportunidad de pasar un ratín con estas cosas que de guajes tanto nos prestaban. Gracias por tus amables elogios. Con un abrazo.
Salud.
Publicado: Jue, 16 Oct 2014 8:49
por Julio Gonzalez Alonso
Hallie Hernández Alfaro escribió:Aprender a volar es una tarea hermosa, iniciar el espacio con valentía, también.
Didáctico, con bondad e inteligencia, constituye un valioso aporte para Prosa Alaire.
Abrazo grande, Julio.
Gracias por tus palabras, Hallie, y por considerar este pequeño escrito algo valioso para el foro. Un abrazo.
Salud.
Re: re: Los botes espaciales
Publicado: Jue, 16 Oct 2014 8:50
por Julio Gonzalez Alonso
Gerardo Mont escribió:Julio, estimado poeta, creo que las naves que forjaste en aquel tiempo, aún propulsan tus sueños y recuerdos...Se siente en tus letras que desbordan ternura, imaginación y talento. Un gusto pasar por aquí. Un gran abrazo.
Amigo Gerardo, cuánta razón tienes apuntando que los motores de nuestra vida son la infancia y sus sueños. Muy agradecido. Con un abrazo.
Salud.
Publicado: Jue, 16 Oct 2014 8:52
por Julio Gonzalez Alonso
Arturo Rodríguez Milliet escribió:La evocación es el cómplice perfecto que da vida eterna a la imaginación infantil.
Es mucho lo que hoy pones a volar, poeta, sin necesidad del carburo y sin riesgo de reventar el bote en las narices.
Gracias Julio, por compartir las imágenes que se desprenden de esas tiernas evocaciones.
Un afectuoso abrazo.
Gracias a ti, Arturo, que sabes estar en los sueños de infancia y su imaginación. Con un abrazo.
Salud.
Re: Los botes espaciales
Publicado: Jue, 16 Oct 2014 16:36
por Marisa Peral
[quote="Julio González Alonso"]
¡Qué hermosura es recordar esas aventuras de inconsciencia infantil!
Me encanta cómo evocas esos recuerdos, Julio. Un placer.
Abrazo.
Re: Los botes espaciales
Publicado: Vie, 28 Nov 2014 10:25
por Julio Gonzalez Alonso
Marisa Peral escribió:Julio González Alonso escribió:
¡Qué hermosura es recordar esas aventuras de inconsciencia infantil!
Me encanta cómo evocas esos recuerdos, Julio. Un placer.
Abrazo.
Te agradezco la compañía en estos juegos, Marisa, evocando aquello que la infancia nos dio una vez. Con un abrazo. Salud.