Editorial Alaire

A los apátridas sentidos me entrego
bendecido en cada impulso,
con el sabor concluso de tu vuelta
dormido y maniatado,
embebido en lo difuso de tu pecho
fornicado y audaz,
gemido hasta el último sonido,
hasta el último estertor, encadenado,
intoxicado y mortal, desposeído.

Junto al árbol anclado por vivido,
kamikaze inmortal hacia tu ropa,
la boca insiste y te provoca
más allá de la línea del pecado.

Nada es verdad, y se imagina
oculto tras la rima de la almohada,
perdido en los caudales de tu aroma.

Quiero tu lengua atolondrada,
rabiosamente atada a mi desnudo,
saciada con mis mundos de delirio,
temida y deseada,
ungida con las nieves de mi orgullo,
venerada.

Xilófono carnal, desenfrenada,
ya suena la canción de la lascivia,
zozobra la virtud, y el verso acaba.

Miguel Alcantud escribió:A los apátridas sentidos me entrego
bendecido en cada impulso,
con el sabor concluso de tu vuelta
dormido y maniatado,
embebido en lo difuso de tu pecho
fornicado y audaz,
gemido hasta el último sonido,
hasta el último estertor, encadenado,
intoxicado y mortal, desposeído.

Junto al árbol anclado por vivido,
kamikaze inmortal hacia tu ropa,
la boca insiste y te provoca
más allá de la línea del pecado.

Nada es verdad, y se imagina
oculto tras la rima de la almohada,
perdido en los caudales de tu aroma.

Quiero tu lengua atolondrada,
rabiosamente atada a mi desnudo,
saciada con mis mundos de delirio,
temida y deseada,
ungida con las nieves de mi orgullo,
venerada.

Xilófono carnal, desenfrenada,
ya suena la canción de la lascivia,
zozobra la virtud, y el verso acaba.

Jo, hermosísimo, Miguel. Cada letra nominando la poesía y rindiendo homenaje a las fuerzas de la pasión amorosa.

De pie para los aplausos. Gracias siempre por compartir.

Abrazos.

Hermoso poema, desde el título hasta donde el verso acaba. Un abrazo y feliz día,

Judit

Ingenioso y lírico poema.

me ha gustado mucho

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Miguel Alcantud escribió:A los apátridas sentidos me entrego
bendecido en cada impulso,
con el sabor concluso de tu vuelta
dormido y maniatado,
embebido en lo difuso de tu pecho
fornicado y audaz,
gemido hasta el último sonido,
hasta el último estertor, encadenado,
intoxicado y mortal, desposeído.

Junto al árbol anclado por vivido,
kamikaze inmortal hacia tu ropa,
la boca insiste y te provoca
más allá de la línea del pecado.

Nada es verdad, y se imagina
oculto tras la rima de la almohada,
perdido en los caudales de tu aroma.

Quiero tu lengua atolondrada,
rabiosamente atada a mi desnudo,
saciada con mis mundos de delirio,
temida y deseada,
ungida con las nieves de mi orgullo,
venerada.

Xilófono carnal, desenfrenada,
ya suena la canción de la lascivia,
zozobra la virtud, y el verso acaba.

Jo, hermosísimo, Miguel. Cada letra nominando la poesía y rindiendo homenaje a las fuerzas de la pasión amorosa.

De pie para los aplausos. Gracias siempre por compartir.

Abrazos.

Muchas gracias amiga Hallie. Un abrazo.

J. Paz escribió:Hermoso poema, desde el título hasta donde el verso acaba. Un abrazo y feliz día,

Judit

Muchas gracias Judit.

Pablo Ibáñez escribió:Ingenioso y lírico poema.

me ha gustado mucho

Muchas gracias Pablo.