Editorial Alaire

Por favor, vecino impertinente
(perdón, señor por la impaciencia)
si quieres que el artilugio suene y suene,
hazte con uno de esos que desgrane
la quinta de Beethoven:
animada, marchosa, decidida
¡para que te despierte de una vez¡
pero que esté, por el amor de dios, bien entonada.



¡Ay! Este mundo afónico y sinfónico que nos abre el despertar. Pero el poema en verdad transmite lo mismo la inquietud de las vinvencias que están en la cotidianeidad, que el desespero de aquella fastidiosa alarma del "personaje" reloj.

Recibe mi aprecio al valor de tu obra y mi sincero abrazo, amigo.



O. Llombart.

Jajajaja, qué maravilla, jajajaja. Claro, por supuesto, que sea la Quinta esplendorosa pero eso sí, bien entonada al igual que la voz afinadísima y clara de cualquiera de tus versos.
Aplausos y un abrazote, poeta

Víctor, creo que somos muchos los que compartimos contigo la problemática de este simpático poema. Un gusto leerte.
Un fuerte abrazo.

Victor,

me ha gustado estra travesura tuya, amigo. Me ha gustado sobre todo cuando te pones a describir tiernamente los sonidos de la calle, audibles solamente cuando el horrible despertador del vecino deja de dar la murga

el trajín de la vida que despierta

un verso éste muy bello y natural.

Un gran abrazo, amigo.

Nimaos Llombart escribió:Por favor, vecino impertinente
(perdón, señor por la impaciencia)
si quieres que el artilugio suene y suene,
hazte con uno de esos que desgrane
la quinta de Beethoven:
animada, marchosa, decidida
¡para que te despierte de una vez¡
pero que esté, por el amor de dios, bien entonada.



¡Ay! Este mundo afónico y sinfónico que nos abre el despertar. Pero el poema en verdad transmite lo mismo la inquietud de las vinvencias que están en la cotidianeidad, que el desespero de aquella fastidiosa alarma del "personaje" reloj.

Recibe mi aprecio al valor de tu obra y mi sincero abrazo, amigo.



O. Llombart.

Gracias, Osmani, por este regalo que aquí dejas. Por esto y mucho más, que tus despertares sean una sonrisa y un abrazo.

Un amigo,


Víctor

Liz Barrio. escribió:Jajajaja, qué maravilla, jajajaja. Claro, por supuesto, que sea la Quinta esplendorosa pero eso sí, bien entonada al igual que la voz afinadísima y clara de cualquiera de tus versos.
Aplausos y un abrazote, poeta

Gracias, Liz.

Me hace ilusión haberte arrancado una sonrisa, sabiendo que no siempre la vida te deja sonreír.

Un abrazo musical,


Víctor

Muy divertido y original. Gracias por compartir.

Un abrazo

Qué gran acierto cuando haces de la ironía versos. Me gusta el desenfado divertido que pones. Un placer
Besos
Pilar

Manuel Sánchez escribió:Víctor, creo que somos muchos los que compartimos contigo la problemática de este simpático poema. Un gusto leerte.
Un fuerte abrazo.

El gusto es mío y por partida doble, al ponerle cara, ojos y expresión a tus palabras.

Un abrazo y encantado.

Víctor

Pablo Ibáñez escribió:Victor,

me ha gustado estra travesura tuya, amigo. Me ha gustado sobre todo cuando te pones a describir tiernamente los sonidos de la calle, audibles solamente cuando el horrible despertador del vecino deja de dar la murga

el trajín de la vida que despierta

un verso éste muy bello y natural.

Un gran abrazo, amigo.

Gracias, Pablo. Tu siempre tan atinado, travesura lo llamas y es eso lo que es, sin iteras pretensiones que pasar y hacer pasar un rato medianamente agradable.

Un abrazo, grande.


Víctor

¡Qué frescura de poema, Víctor! He tenido ocasión de sonreir, de pasear por la ternura, el enojo, por la reflexión y la franqueza de una ironía inteligente. Sí, he despertado con tu despertador desentonado... a más de las nueve de la noche. Un abrazo.
Salud.

Víctor F. Mallada escribió:Despertador


Algunas mañanitas
un vecino deja que suene, suene y suene
su despertador desafinado:

mi, mi, mi, sol.. do...
mi, mi, mi, sol.. do...
mi, mi, mi, sol.. do...

Insistente, insaciable, incansable,
insociable, insano, !Insecto, apaga el trasto!

A veces, hasta el despertador se cansa;
parece que se tomara un respiro,
se detiene...
!Qué alivio¡
Pasan dos, tres minutos…
¿Lo habrá apagado?

Y vuelve la cantinela.
¿Quién será el capullo?
¿Será sordo el canalla?

Hasta que en una de estas,
la máquina de tortura deja, por fin, de incordiar
y entonces...
ya se pueden oír los ruidos y silencios de la calle
el maullar aburrido de algún gato,
el trajín de la vida que despierta
mis interioridades que están pidiendo el desayuno.

¿Quién podrá ser el tipo del mi, mi, sol... desentonado...?
Estoy por denunciarle,
por llamarle cretino, por incivilizado...

¿Y si fuera una tipa?

Ummm...

Es que no puede ser.

No hay mujer en el mundo tan insensible
que deje el soniquete puesto
para joder por el gusto de joder
a su vecino del cuarto:

este señor que siempre te recibe
con su corazón de cinco cereales,
que lleva una vida frugal
y toca la guitarra solamente hasta las diez…
de la mañana.

Que rellena sudokus por cuadrar algo en su vida,
y lee tres o cuatro poemas para poder bailar…
con las palabras.

Por favor, vecino impertinente
(perdón, señor por la impaciencia)
si quieres que el artilugio suene y suene,
hazte con uno de esos que desgrane
la quinta de Beethoven:
animada, marchosa, decidida
¡para que te despierte de una vez¡
pero que esté, por el amor de dios, bien entonada.

Jajaja, Víctor, me gusta tu humorístico poema. Gracias por regalarnos su frescura. Abrazos, ERA

La quinta de Bethoven o cualquier zarzuela de las nuestras, aunque para bien
desayunar no acopla la de marisco.
Cualquier música que nos desduerme transporta tonos de desdicha.
¿Has probado a ensordecerte voluntariamete?

Qué buen suena el humor en los signos de tu pluma.

un abrazo

Raul Muñoz escribió:Muy divertido y original. Gracias por compartir.

Un abrazo

Gracias a ti, Raul, por hacer un alto en el camino para comentarlo.

Víctor