Editorial Alaire

Ejercer la química del lenguaje
para evitar la sombra.

El territorio se mira con otros ojos
porque hay llaves silenciosas que descubren
mundos de agua, pasos de luz nocturna
que desconocen la herida, abrazos intangibles
en los suburbios de la libertad.

Y la construcción del habla con sus naves amarillas,
y los juegos del éxtasis bajo cúmulos de carne,
y el témpano de la música que vuela en otro yo
sin raíz.

Tras los ambientes donde el humo es una piel rota
no quedan rastros de añoranza, tú elevas el cristal
vacío de la mudez, yo me doblo en mi canción infinita,
infinitamente lejana, sin oír mi latido.

No sé si somos edad,
si en los párpados caídos los buitres del deseo
mezclan su sangre hospitalaria, si hay un mañana
para quien desnuda el claror del presente.

Cuando las luces húmedas escriban en el aire tu nombre,
yo sabré que mi destino está aquí, que el tuyo será episodio
de espectros, gotas de tránsito bajo un haz sin memoria.

Siempre me voy asombrada de tus imágenes. Un lujo tenerte con nosotros
Besos
Pilar

Cuanta interioridad universalizada en poesía, Ramón.
Eres uno de los grandes en este asunto de las letras hispanas, es hora que lo sepas.

Abrazos y felicidad.

Siempre ha sido un placer leerte.
Muy buen poema.
Saludos

Ramón, tu continua busqueda en el territorio de la metáfora da resultados excelentes. El poema me ha encantado en totalidad pero destaco la cuarta estrofa que alcanza una profundidad admirable, donde para mi se define el cuerpo del poema.Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.

Ramón Carballal escribió:Ejercer la química del lenguaje
para evitar la sombra.

El territorio se mira con otros ojos
porque hay llaves silenciosas que descubren
mundos de agua, pasos de luz nocturna
que desconocen la herida, abrazos intangibles
en los suburbios de la libertad.

Y la construcción del habla con sus naves amarillas,
y los juegos del éxtasis bajo cúmulos de carne,
y el témpano de la música que vuela en otro yo
sin raíz.

Tras los ambientes donde el humo es una piel rota
no quedan rastros de añoranza, tú elevas el cristal
vacío de la mudez, yo me doblo en mi canción infinita,
infinitamente lejana, sin oír mi latido.

No sé si somos edad,
si en los párpados caídos los buitres del deseo
mezclan su sangre hospitalaria, si hay un mañana
para quien desnuda el claror del presente.

Cuando las luces húmedas escriban en el aire tu nombre,
yo sabré que mi destino está aquí, que el tuyo será episodio
de espectros, gotas de tránsito bajo un haz sin memoria.

Uff y más uff, qué señorón poema, Ramón. Todo es espléndido, pero esas dos últimas estrofas son magistrales.
Abrazos, aplausos y un beso

Introspectiva dialogada radical, para formar el espectro de un "carpe diem"
tan necesario como la misma ambición de felicidad que tanto nos atosiga
algunas veces. Todo desde una perspectiva bella que recoge
la imagen metafórica y la encumbra hasta la memoria más sentimental.

un abrazo

Profundo y maravilloso poema, Ramón. Te felicito una vez más. Abrazos.

Excelente, Ramón. Los versos van cobrando fuerza hasta el final. Me encantó leerte.

Mi abrazo.

Pilar Morte escribió:Siempre me voy asombrada de tus imágenes. Un lujo tenerte con nosotros
Besos
Pilar

Gracias por tus amables palabras, Pilar. Un beso.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Cuanta interioridad universalizada en poesía, Ramón.
Eres uno de los grandes en este asunto de las letras hispanas, es hora que lo sepas.

Abrazos y felicidad.

Sé que esos elogios son totalmente inmerecidos, Hallie. Pero te diré una cosa, es gracias a personas como tú, que uno aún sigue intentado escribir algún poema decente. Un abrazo grande.

Ramón hace tiempo que no te comentaba, muy buenas las imágenes, y ese sabor a tiempo no se si perdido, pero tus toques de calidad se hacen visibles en este trabajo, una de las mejores plumas que he conocido un placer contemplar tu obra.
javier

Ernesto Ravelo escribió:Siempre ha sido un placer leerte.
Muy buen poema.
Saludos

Gracias, Ernesto, por pasarte por aquí y comentar. Un saludo cordial.

Marius Gabureanu escribió:Ramón, tu continua busqueda en el territorio de la metáfora da resultados excelentes. El poema me ha encantado en totalidad pero destaco la cuarta estrofa que alcanza una profundidad admirable, donde para mi se define el cuerpo del poema.Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.

Gracias, Marius, por tu amable comentario. Un abrazo.

Liz Barrio. escribió:

Ramón Carballal escribió:Ejercer la química del lenguaje
para evitar la sombra.

El territorio se mira con otros ojos
porque hay llaves silenciosas que descubren
mundos de agua, pasos de luz nocturna
que desconocen la herida, abrazos intangibles
en los suburbios de la libertad.

Y la construcción del habla con sus naves amarillas,
y los juegos del éxtasis bajo cúmulos de carne,
y el témpano de la música que vuela en otro yo
sin raíz.

Tras los ambientes donde el humo es una piel rota
no quedan rastros de añoranza, tú elevas el cristal
vacío de la mudez, yo me doblo en mi canción infinita,
infinitamente lejana, sin oír mi latido.

No sé si somos edad,
si en los párpados caídos los buitres del deseo
mezclan su sangre hospitalaria, si hay un mañana
para quien desnuda el claror del presente.

Cuando las luces húmedas escriban en el aire tu nombre,
yo sabré que mi destino está aquí, que el tuyo será episodio
de espectros, gotas de tránsito bajo un haz sin memoria.

Uff y más uff, qué señorón poema, Ramón. Todo es espléndido, pero esas dos últimas estrofas son magistrales.
Abrazos, aplausos y un beso

Gracias, Liz, por tus generosas palabras. Un beso.