Editorial Alaire

Desde que rocé su corazón vegetal
descansando entre las ramas de los pinos,
en los ríos, en los aguaceros de las lunas
supe que existía otro idioma que no cabe
en el presagio de los signos,
en las terminales de un verso.
Supe que en el grito del pájaro no hay retorno;
que en el viento no hay aritmética posible
porque lo tuve todo en mis manos
y quise hacer de aquello un poema,
pero entendí que el alma
no se enamora de líneas rectas,
que para ese momento ya no habría retorno.

He disfrutado las hermosas imágenes de tus versos. Gracias por compartirlos.
Besos
Pilar

Precioso, lleno de luz, amigo, ese corazón vegetal plagado en aguaceros de luna, exquisito, tiene cuerpo sensible el poema, tacto, sustancia, aunque se escape por las yemas de nuestros dedos. Tu corazón es un órgano que se alimenta de lo sensible, un lujo y un placer acercarme a lo tuyo.

Un abrazo de luz para vos, amigo.

Carmen

Hay un camino sin retorno... Precioso y sensible poema, Ricardo. Mis aplausos. Un fuerte abrazo.

Qué bonito. Sensibilidad a raudales. Un abrazo y feliz día.

Judit

Que manera más bonita de hablar de lo menos gobernable y lineal; el sentir.

Gracias por compartir.

Un abrazo.

Me gustó el poema. Mi enhorabuena y un abrazo.

Un esplendido poema reflexivo, querido Ricardo, que nos habla de lo intocable, del corazón de la naturaleza y de la naturaleza del corazón. Mis abrazos y felicitaciones sinceras.

Precioso versos. Un gusto haberlos leído.
Un abrazo.
Pepa

Tampoco es malo sacar billete de ida nada más. Depende de lo que dejes
y de lo que pretenda la esperanza. Magnífico el ensamblaje de estos versos
para configurar un espléndido poema.

un abrazo

Magnífico poema Ricardo. Una obra verdaderamente preciosa que nos vuelve a descubrir el extraordinario talento de su autor. Mis aplausos amigo. Un abrazo.