Editorial Alaire

Alonso de Molina escribió: No soy mensaje,
tan sólo hierba de sendero
que permanece en oración
a la espera de ser pronunciada

Ignacio Bellido



como afilada mancha, hiriente y desmedida
persiste ante mis ojos, abismo dilatado,
la precisa oquedad, negro vientre, misterio
que abraza al viento y expresivo se quebranta
en resueltos silencios que refieren historias.

Huérfano de señales busco iconos en ti.
Tus ojos son la sed; abierto umbral, origen,
conjuro que acrecienta ecuánime, insistente
liturgia en tan preclara invocación, misterio.

Cada tarde mis ojos persiguen tus dominios
en busca de fronteras; mi sangre vagabunda
bate la eternidad con tan callados gestos
que derraman ocasos los límites del día

y no alcanzo a entender porque tiemblan tus ojos
cuando mis manos guardan la fe de la serpiente

.

Ricardo Serna G escribió:Tus ojos son la sed; abierto umbral, origen,
conjuro que acrecienta ecuánime, insistente
liturgia en tan preclara invocación, misterio.


Camino en ti, en otra realidad<xml><o></o>
En otro mundo, cristal de imágenes<o></o>
Al ritmo de la vida, con velas sin final<o></o>
Con paisajes hambrientos de lágrimas de nada<o></o>
De todo en cenizas, cumbre de nacimientos<o></o>

¡Por el sueño! con el sello de barro a carne viva.


maravilloso poema, querido maestro


un abrazo fuerte

Antonietta Valentina escribió:Alonso, es el poema más hermoso que he leído de tu autoría...me ha dejado con el temblor en el alma vítrea de mis ojos....


un beso hombre, formidable poema, formidable en mi humilde criterio...

YOLTZIN escribió:Alonso:

Wowwwwwwwwwwwww
Maravillosa letra.

Realmente me pongo de pie a tan fina letra que hoy nos compartes
desde el principio al fin es perfecto, quedo impactada....
aparte que este tipo de poemas me fascinan.

Me quedo leyéndote de nuevo…

Un saludo cordial y mi cariño para ti.

Elisa Berna Martínez escribió:

Alonso de Molina escribió: No soy mensaje,
tan sólo hierba de sendero
que permanece en oración
a la espera de ser pronunciada

Ignacio Bellido



como afilada mancha, hiriente y desmedida
persiste ante mis ojos, abismo dilatado,
la precisa oquedad, negro vientre, misterio
que abraza al viento y expresivo se quebranta
en resueltos silencios que refieren historias.

Huérfano de señales busco iconos en ti.
Tus ojos son la sed; abierto umbral, origen,
conjuro que acrecienta ecuánime, insistente
liturgia en tan preclara invocación, misterio.

Cada tarde mis ojos persiguen tus dominios
en busca de fronteras; mi sangre vagabunda
bate la eternidad con tan callados gestos
que derraman ocasos los límites del día

y no alcanzo a entender porque tiemblan tus ojos
cuando mis manos guardan la fe de la serpiente

.

Un poema hermoso, una búsqueda de referencias, casi en algunos versos, de auxilio. Me ha encantado leerte poeta.

Un saludo.

Francisco Lobo escribió:y no alcanzo a entender porque tiemblan tus ojos
cuando mis manos guardan la fe de la serpiente


Una progesión enorme, ha sufrido tu poesía. Estás por los cielos, lo siento en este poema. Pienso que te queda un poco de camino: desprenderte de la medida, aunque de vez en cuando te se antoje algo más clásico. Recibe mis bendiciones.