Nuestro centinela azul

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Alvaro Luis
Mensajes: 11
Registrado: Mié, 04 Jun 2014 3:35
Ubicación: Madrid
Contactar:

Nuestro centinela azul

Mensaje sin leer por Alvaro Luis »

NUESTRO CENTINELA AZUL

Era la calle principal de la ciudad y como cada día el centinela azul aguardaba protegerla al caer la noche. Mientras, me alegraba la vista con los colores que emanaban de ella, colores sin humildad pero a la vez con esa gracia hermosa y profunda.

La gran masa abarcaba mas allá de mi campo de visión pero tampoco importaba, era una masa impersonificada, que no asusta, de la que sientes cómo una bruma te envuelve insensibilizando la retina de los demás. Aunque si te paras a mirar y observas, verás que hay enigmas de sonrisas y tristezas que nadie advierte ni cuestiona, que aparecen entre la multitud; pero nos damos igual…

Y sí, a veces, solo a veces me da por levantar la cabeza y no puedo evitar pensar qué habrán visto esos ojos ahora cegados por la información y el gentío. Hay miradas cansadas, miradas de hambruna, miradas enamoradas, miradas de altivez, miradas de sueños… Cada una desprende un color. Tonos blancos artificiales, de farmacia se mezclan con los enfermizos colores rojizos de quien no ha podido dormir demasiado por el frio del suelo mojado y la indiferencia ajena.

A pesar de los enigmas, seguía andando para intentar evadirme de esa caja abierta de sueños y espanto y encontré verdes profundos, a lo lejos, diez metros más abajo. Aquello era plenitud, la plenitud de la naturaleza. Sentía la estabilidad del momento, el sosiego, la niñez y la alegría que brotaba en mí, con el río sensible y cristalino a mis espaldas. Cuanto más me alejaba las lágrimas de curación eran más evidentes, la purificación de los seres inertes y la vida gris. De vez en cuando giraba la cabeza y dolía sentir como la vista chocaba contra los muros y, justo encima, se erguía la gran luz azul del centinela que custodia esa vida regulada, destrozada y esperpéntica, ese guardián que nos guía los días y planifica nuestra muerte con precisión alpina.

No quería volver, quería seguir andando y llegar lejos, pero no tenía sentido, pronto habría más murallas y más dolor, estamos atados a la condena de ser humanos viviendo en sociedad y nada ayuda a la salud de estos pobres ángeles solitarios nacidos en tierra de cerdos y lobos.

Me tumbé en la hierba y cerré los ojos para sentir que desaparecía suspendido en el tiempo, para olvidar todo y poder volver a casa.
[RIGHT]Alvaro Luis Martinez[/RIGHT]
Avatar de Usuario
Arturo Rodríguez Milliet
Mensajes: 1859
Registrado: Jue, 05 Dic 2013 13:21
Ubicación: Caracas. Venezuela

Mensaje sin leer por Arturo Rodríguez Milliet »

Escalofriante este paseo que nos ofreces, Alvaro, por ese camposanto, bajo el celoso cuidado de tu centinela azul. Muy interesante esa forma velada de narrar.

Un cordial saludo de bienvenida.
Te presento a mi padre, el que está a su lado es mi hijo.
Si los sumas y divides entre dos, obtendrás su promedio...
ese soy yo. Mucho gusto!
Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19647
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

Me uno al saludo de bienvenida de Arturo.

Me ha gustado el texto, muy transparente e identificable.

Salud y felicidad.
.
"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"

Esta cárcel sin ti, Ramón Olivares
Responder

Volver a “Foro de Prosa”