Tizne, carbón, ramas secas.
Publicado: Jue, 19 Jun 2014 13:01
Una vida
Encendiste una cerilla y su llama te cegó
de manera que no pudiste encontrar en la oscuridad lo que buscabas
antes de que la cerilla se consumiese entre tus dedos quemándote
y el dolor te hiciera olvidar lo que buscabas.
HenrikNordbrandt
Dime, dónde va lo que en
la vida es, eso que no se gasta,
lo que queda
después de apretar las manos
y encogerse el corazón.
Y sigues diciendo;
Tizne, carbón, ramas secas,
con esa vieja canción que se empecina,
allí, nada te mancha, nada te ensucia,
toda esta indiferencia sin mácula,
es otro pasaje para ponerse a salvo,
otra sombra insondable para tu abismo.
Pero, mi corazón sigue sin morirse,
aunque tú pienses que debiera y
con ternura lo ayudes.
El corazón sólo es insumiso,
terco ,obstinado,
sólo él conoce el color de los lirios,
guarda el calor de las manos
y es el único capaz de deshacer una maleta.
Hoy, que paseo por mi mar,
y me lleno los pies de arena,
pienso en como te hubiese gustado este lugar
lejos de la niebla y del frío,
y que la enorme distancia de este mar
es mucho menor que la nuestra.
El olor a sal del agua
me dice -con voz queda-
algo paradójico e irónico
hoy, que pienso que te quise,
te digo adiós y me despido,
aunque sepa, de sobras, que tu corazón
sólo dirá; tizne, carbón, ramas secas.
Encendiste una cerilla y su llama te cegó
de manera que no pudiste encontrar en la oscuridad lo que buscabas
antes de que la cerilla se consumiese entre tus dedos quemándote
y el dolor te hiciera olvidar lo que buscabas.
HenrikNordbrandt
Dime, dónde va lo que en
la vida es, eso que no se gasta,
lo que queda
después de apretar las manos
y encogerse el corazón.
Y sigues diciendo;
Tizne, carbón, ramas secas,
con esa vieja canción que se empecina,
allí, nada te mancha, nada te ensucia,
toda esta indiferencia sin mácula,
es otro pasaje para ponerse a salvo,
otra sombra insondable para tu abismo.
Pero, mi corazón sigue sin morirse,
aunque tú pienses que debiera y
con ternura lo ayudes.
El corazón sólo es insumiso,
terco ,obstinado,
sólo él conoce el color de los lirios,
guarda el calor de las manos
y es el único capaz de deshacer una maleta.
Hoy, que paseo por mi mar,
y me lleno los pies de arena,
pienso en como te hubiese gustado este lugar
lejos de la niebla y del frío,
y que la enorme distancia de este mar
es mucho menor que la nuestra.
El olor a sal del agua
me dice -con voz queda-
algo paradójico e irónico
hoy, que pienso que te quise,
te digo adiós y me despido,
aunque sepa, de sobras, que tu corazón
sólo dirá; tizne, carbón, ramas secas.