Editorial Alaire

Espacio de luz hallada. (A mi viejo)


Compañero, hay edades que al mirarnos
emergen como el dolor del universo
y que al sangrar nos tiende una mano de infinito
como buscando el alma.
Esa mano de profunda sangre
se sostiene como un grito de arraigada sombra
albas antes que olvidadas por los siglos
(Sobre ése párpado de tiempo se levantan las ventanas.)
Compañero, ahora que te has ido
tu casa se levantó como la brisa
y se llevó todo dentro.
De vez en cuando
en cada salto de añoranza,
entre desordenadas órbitas,
llega con palabras en las puertas:
Enraizadas sobre el mármol y el mercurio
blandas como el polen de las manos sobre trigo
llega con palabras de abrazo
como la mirada a un hijo,
con palabras ya guardadas,
con palabras de quietud,
con palabras prontas al regreso.
A veces, compañero, una mano levantada al cielo
dos o tres perfiles de luz profunda
y una plegaria.

Es íntimo y solitario. Siempre que viene la figura del padre como recuerdo es una oportunidad de hablar con una voz tan alta que sólo uno puede escuchar. Como si hablar fuese una plena naturaleza. Me encantó, Ricardo. Abrazos.

Un poema entrañable y hermoso, profundo y directo, preciso y líricamente muy bello, me ha gustado mucho amigo, un abrazo.

Un poema conmovedor, amigo, con tu sello de luz inconfundible. Un placer, Ricardo. Abrazos.

Cercanos, emotivos y plenos de sensibilidad estos versos. Precioss poema. Un abrazo y feliz día.

Judit

Sí, como una plegaria hermosa fluyen tus versos plenos de sentimiento. Tienes versos
bellísimos.
Abrazos
Pilar

Versos delicados, Ricardo, entrañables y muy hermosos.
......
A veces, compañero, una mano levantada al cielo
dos o tres perfiles de luz profunda
y una plegaria.

Un abrazo.

La nostalgia que se agarra por la vena y por la sangre tiene la consecuencia
de hacerse valer en cualquier ámbito. En este magnífico y poético das respiro
lírico al agradecimiento elegante y entrañable.

un abrazo