Editorial Alaire

¿Cuánto tiempo más
ha de seguir nevando
sobre esta primavera?
El muro
se ha convertido en un anciano blanco,
blanco...
ya peina canas de silencio eterno;
hasta los tímidos besos del sol
lo crucifican.

Intento quebrar su código de piedra,
cortar las alambradas de su lengua,
pero es insensible a las muecas de mi sangre
y a mi voz ya no le quedan manos
que trepen más allá de la cordura.
Mi voz
es un hacha incorpórea
que tala la garganta de su grito.

Y más allá... ¿quién vive
que quisiera soñarte, voz?

¿quién vive?

A quién le importa
la dorada empuñadora
de este bastón de lamento
y exorcismos,
si tu palabra
no eres más que aliento
suicida,
puro vapor de ausencias
chapoteando a diario
en los charcos
del delirio.

Tus últimos poemas tienen cierto pesimismo y dolor pero no son menos hermosos. Tus versos
siempre brillan.
Besos
Pilar

Te felicito Rosa por este hermoso poema, aunque sea triste y melancólico, brilla con
luz propia. Un fuerte abrazo.

Hermoso poema amiga, el muro, después?. Cierto desencanto, lírico, y bello. Un placer y un abrazo.

Potentes y desgarradores versos en torno a la solidez metafórica de un muro que nos brinda una rica y polivalente semiótica. Una vez más, apreciamos que tu discurso poético es firme y tiene un caracter que le es propio y reconocible.
Mi reconocimiento y un abrazo.

¿Que puede haber más opaco, más infranqueable y más desolador que un muro que se levante ante nuestros inminentes esbozos de pisadas? Otros más grandes han caído, aunque a veces no haya forma de atravesarlos, siempre podemos darnos la vuelta.
Un beso querida Rosa, me ha encantado, mucho.

Rosa, este muro pareciera oponerse a cualquier luz que exista; pues fabricaremos el antídoto, lo haremos. Intenso y brillante tu trabajo.

De estrella roja y más.

Abrazos, compañera.

En este muro se acoplan tus poéticos lamentos y esa metáfora continua,
alegoría del dolor y del quebranto en un poema reflexivo y protestante.

Un abrazo