Editorial Alaire

Mi cabeza es un árbol.
En sus ramas, los pájaros se posan.
Pájaros blancos venidos de muy lejos
cantan leyendas de sus tierras ignotas.
Los pájaros autóctonos
rompen la algarabía con su plumaje negro.
Mi cabeza es un árbol.
En su follaje espeso,
se ocultan los conejos del mar,
y en los sargazos verdes de sus hojas
-puros en su quietud eterna-
se mecen pecios olvidados.
Mi cabeza es un árbol.
Al sol, despliega flores de pétalos serenos.
Y en el frescor oscuro de su sombra
oculta yemas negras que destilan
el látex blanquecino de la noche.
Mi cabeza es un árbol.
A su sombra cohabitan los insectos,
los perfumes metálicos de Amor
y la tragedia.

Un entrega magnífica sobre todo en estos versos de cierre:

Mi cabeza es un árbol.
A su sombra cohabitan los insectos,
los perfumes metálicos de Amor
y la tragedia.


Un abrazo, amigo Roberto

Un árbol lleno de pájaros y divinos pájaros los que te habitan
con alas y ansias de libertad,
con insectos y amor metálico, (eso es buenísimo)
y todo acaba volando en poemas.

Muy bueno!!!!!! Un abrazo

Un poema magnífico que me ha resultado muy interesante. Un placer
Besos
Pilar

Tu poema es un árbol con mucha variedad en rama para que posen y reposen tus vuelos y tus sentires. Un placer leerte, amigo

Un gran poema, Roberto. Puntual, firme, convencido de cada verso que lo nutre.

Abrazos y felicidad.

Imágenes que cuentan interesantes historias. Original modo de mirar. Para disfrutar. Precioso. Un abrazo,


Judit

Roberto,

me ha gustado mucho este poema, amigo. Me gusta sobre todo que la idea se puede seguir sin problemas, sin renunciar en ningún momento a las imágenes arriesgadas, de un surrealismo clásico, daliniano, diría. Leyendo el poema me he imaginado un cuadro de Dalí, con un árbol saliendo de un cerebro abierto en cuyas ramas hay conejos de mar, insectos metálicos, etc. Yo, que tengo muchas dificultades para leer poesía contemporánea, gusto de este tipo de poemas en los que no tengo que preguntarme contínuamente si debo intentar sentir sin entender, pero que a la vez me reta con imágenes arriesgadas. La alegoría es clara y bella y la imaginación puede volar desde esa base sólida e imaginarse conejos de mar, yemas negras, perfumes metálicos y (monumental) pétalos serenos.

Un abrazo.

Un poema que me ha sido grato leer amigo poeta.
Le dejo un saludo cordial.

Una buena aportación al libro de alaire. Me gustó el poema. Un abrazo.

J. J. M. Ferreiro escribió:Un entrega magnífica sobre todo en estos versos de cierre:

Mi cabeza es un árbol.
A su sombra cohabitan los insectos,
los perfumes metálicos de Amor
y la tragedia.


Un abrazo, amigo Roberto

Gracias, amigo, por aportar tu afecto.
Un abrazo.

Amigo Roberto, unos versos realmente magníficos. Creo caer en un paiaje intermitente, como a ráfagas, un mundo perdido donde el cielo y el suelo se funden, donde un centro emite un latido ronco, confuso, inhumano, exhumando presencias que parasitan los sentimientos, proyectándose al cielo, yergue sus dedos vegetales, engloba un mundo que fagocita al tiempo.
Me entusiasmaron estos versos, creo que entre las cosas que más me gustaron de las que te he leído.
Un abrazo y enhorabuena

Ronerto LOPEZ

Y a mí, me ha encabtado viajar por tu foresta y ser partícipr, del verde, de los pájaros y rambién de la tragedia, ya que nuestra inteligencia -la del mundo-
es un bosque incendiado, hay que recuperarlo.

Un abrazo grande, poeta.

Mitsy

Sandra Gª Garrido escribió:Un árbol lleno de pájaros y divinos pájaros los que te habitan
con alas y ansias de libertad,
con insectos y amor metálico, (eso es buenísimo)
y todo acaba volando en poemas.

Muy bueno!!!!!! Un abrazo

Agradezco, Sandra, tu paseo por estas ramas cargadas de deseos.
Saludos.

Muy buen poema, Roberto, como todos los tuyos. Te felicito. Un abrazo.