Editorial Alaire

No soy oruga,
no me reencarnaré en mariposa,
ni en libélula violeta,
ni en soñada cigüeña del estío.

Desapareceré
entre luces que refleja el agua
del puerto, al que he de volver.
Pasearé con esa falda
que nunca me he puesto
junto a los perros que viven
en la calle,
flacos y humildes.

Desapareceré,
invisible, como soy.
Cuando el murmullo del mar,
su arrullo me llame desde la distancia,
y sienta su olor y su fuerza.

No soy la serpiente
que se transforma
y crece.
Desapareceré un día y formaré parte
del universo,
parte de todo.
Seré nada.

Tienes una visión parecida a la mía en algún aspecto pero yo no pienso desaparecer, sólo me
transformaré aunque sea en piedra.
Un poema hermoso para reflexionar.
Besos
Pilar

Hola amiga, no vayas a desparecer, y si es así asiré una chistera y te sacaré de las orejas, como si fuera un mago, de la nada. Me ha gustado mucho tu poema Minona. Todos formamos parte de ese universo. Un abrazo.

Lo aplaudo y te felicito por este singular poema en el que incluyes parte de tu vida poética y humana.
Magníficas figuras.

Un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles

Muy bueno, Margarita. Felicidades y un abrazo.

Pilar Morte escribió:Tienes una visión parecida a la mía en algún aspecto pero yo no pienso desaparecer, sólo me
transformaré aunque sea en piedra.
Un poema hermoso para reflexionar.
Besos
Pilar

Gracias por tu comentario. Un saludo.

Pulvus eris, amiga. Igual que el que suscribe y te lee. Mientras volvamos
a esa situación disfrutemos de algo positivo, como he hecho yo leyéndote.

De momento eres poeta y te agradezco que compartas con nosotros
tu sentir en esta realidad poética.

un abrazo