Editorial Alaire

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Y traía solo un saco de remordimientos recosido a sus inviernos, una madeja de alboradas y arena fina en los bolsillos, formando una playa que le predisponía a la sombra. Se acercó, según decía, para buscar alguno de sus cabellos, como una escala hacia unas estrellas que se le apagaban de a poco, de un estornudo invisible y a pesar de ello, infinito.
Encontró solo migas que dejó abril tras sus pétalos, un puñado de pasos y un continuo ring que le apretaba como si nunca llegara su tiempo. Espigado como era, parecía buscar copas a las que asirse para contemplar desde la azotea el rastro de sus porqués ahora somnolientos. Descorrió las cortinas, y mil mariposas fijas arañaron su coraza hasta que se fundieron con sus mejillas, demasiado secas para tanto rocío.
Y entre tanto de tanto, decidió ahuecar de luces sus secretos y almidonar los te quiero que flotaban entre puertas, arrastrándolos inflexible hasta los últimos puertos, para izar velas y canciones hacia los sueños que ya no tenía y tras los que se durmió despierto. Y durmió, y durmió, y se le enredaron sus barbas cansadas, se deshojaron sus cuentos y se le clavaron las uñas a sus vértigos.
Entonces y solo entonces, pudo abrir sus ojos y, entre sus fríos, encontró un navío y se echó a la mar…

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Muy hermoso, riquísimo en vida metafórica. El ritmo lo acompaña de manera singular.
Logras trasladar mundos interiores de una manera profunda y con una estética reseñable.

Aplausos que se escuchen en la casa de nuestro amigo Ventura.

Abrazos y gracias por compartir.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Muy hermoso, riquísimo en vida metafórica. El ritmo lo acompaña de manera singular.
Logras trasladar mundos interiores de una manera profunda y con una estética reseñable.

Aplausos que se escuchen en la casa de nuestro amigo Ventura.

Abrazos y gracias por compartir.

Muchas gracias querida Hallie. Tenía muchas ganas de colaborar de nuevo en este foro de prosa del que eres moderadora, como un pequeño (pequeñísimo) homenaje para ti.

No se si hago bien explicando lo que quería contar, aunque seguramente habra matices mejor definidos en el propio texto, pero como estoy dispuesto a venir aquí a correr todos los riesgos digamos, a no dejarme nada, pues alla voy:
Pensé en alguien que venía de alguna parte, hacia el lugar donde un día estuvo el centro de su vida, y ahora, por alguna razón, había perdido. Pensé que iría a buscar su memoria. Venía lleno de equivocaciones y tambien de buenas intenciones, y con un sentimiento de tristeza. Al entrar, busco recuerdos del ser amado que lo conectaran a su realidad perdida, tan lejana como efímera. Pero encontro solo pequeños recuerdos, lo importante ya no estaba. Quizás utilizó estando allí el teléfono de forma insistente, pero no obtuvo respuesta. Asi que empezó a buscar con más ahinco, quizás por lugares no accesibles a primera vista. Encontró al descorrer las cortinas fotografías de entonces, y eso lo desconsoló por completo, aunque se creyera fuerte. Y decidió quizás que debía olvidar, los instantes pasados, las palabras de amor, y encerrarlas junto a aquellas melodías que sonaban en aquel momento, y eso quizás lo hiciera entrar en una especie de sopor, de confusión que lo llevó a abandonarse a si mismo. Se abandono físicamente pero tambien mentalmente (se deshojaron sus cuentos). Hasta que un día, quizás, simplemente se despertó, abrió la puerta, cogio todas sus fuerzas, y salió afuera, sea donde sea, hacia el mundo que lo esperaba...

Un beso enorme y gracias siempre

Ventura Ramos López escribió:

Hallie Hernández Alfaro escribió:Muy hermoso, riquísimo en vida metafórica. El ritmo lo acompaña de manera singular.
Logras trasladar mundos interiores de una manera profunda y con una estética reseñable.

Aplausos que se escuchen en la casa de nuestro amigo Ventura.

Abrazos y gracias por compartir.

Muchas gracias querida Hallie. Tenía muchas ganas de colaborar de nuevo en este foro de prosa del que eres moderadora, como un pequeño (pequeñísimo) homenaje para ti.

No se si hago bien explicando lo que quería contar, aunque seguramente habra matices mejor definidos en el propio texto, pero como estoy dispuesto a venir aquí a correr todos los riesgos digamos, a no dejarme nada, pues alla voy:
Pensé en alguien que venía de alguna parte, hacia el lugar donde un día estuvo el centro de su vida, y ahora, por alguna razón, había perdido. Pensé que iría a buscar su memoria. Venía lleno de equivocaciones y tambien de buenas intenciones, y con un sentimiento de tristeza. Al entrar, busco recuerdos del ser amado que lo conectaran a su realidad perdida, tan lejana como efímera. Pero encontro solo pequeños recuerdos, lo importante ya no estaba. Quizás utilizó estando allí el teléfono de forma insistente, pero no obtuvo respuesta. Asi que empezó a buscar con más ahinco, quizás por lugares no accesibles a primera vista. Encontró al descorrer las cortinas fotografías de entonces, y eso lo desconsoló por completo, aunque se creyera fuerte. Y decidió quizás que debía olvidar, los instantes pasados, las palabras de amor, y encerrarlas junto a aquellas melodías que sonaban en aquel momento, y eso quizás lo hiciera entrar en una especie de sopor, de confusión que lo llevó a abandonarse a si mismo. Se abandono físicamente pero tambien mentalmente (se deshojaron sus cuentos). Hasta que un día, quizás, simplemente se despertó, abrió la puerta, cogio todas sus fuerzas, y salió afuera, sea donde sea, hacia el mundo que lo esperaba...

Un beso enorme y gracias siempre

Maravillosa la explicación, Ventura. Ya el texto por sí mismo se abre un enorme y talentoso camino ante las retinas lectoras. Gracias miles por tu participación en prosa, por tu obra y por tu calidez humana. Un lujo tenerte en Alaire.

Abrazos y felicidad, amigo.

Ventura Ramos López escribió:...

Y traía solo un saco de remordimientos recosido a sus inviernos, una madeja de alboradas y arena fina en los bolsillos, formando una playa que le predisponía a la sombra. Se acercó, según decía, para buscar alguno de sus cabellos, como una escala hacia unas estrellas que se le apagaban de a poco, como de un estornudo invisible y a pesar de ello, infinito. Encontró solo migas que dejó abril tras sus pétalos, un puñado de pasos y un continuo ring que le apretaba como si nunca llegara su tiempo. Espigado como era, parecía buscar copas a las que asirse para contemplar desde la azotea el rastro de sus porqués ahora somnolientos. Descorrió las cortinas, y mil mariposas fijas arañaron su coraza hasta que se fundieron con sus mejillas, demasiado secas para tanto rocío. Y entre tanto de tanto, decidió ahuecar de luces sus secretos y almidonar los te quiero que flotaban entre puertas, arrastrándolos inflexible hasta los últimos puertos, para izar velas y canciones hacia los sueños que ya no tenía y tras los que se durmió despierto. Y durmió, y durmió, y se le enredaron sus barbas cansadas, se deshojaron sus cuentos y se le clavaron las uñas a sus vértigos. Entonces y solo entonces, pudo abrir sus ojos y, entre sus fríos, encontró un navío y se echó a la mar…

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¿Ves? te lo he dicho... como prosa poética también me gusta mucho así que eres tú el que tendrá que decidir cómo quieres conservar esta obra.
Me parece preciosa, triste y desoladora pero muy hermosa.
Un abrazo.

Querida Marisa, cuanto agradezco tu paso. Quería apuntar a que se puede salir de situaciones complejas; siempre esta la opción de salir afuera e intentar aprender (o volver a aprender) a "navegar" en la vida, siempre hay esperanza.
Un beso enorme y gracias

Ventura Ramos López escribió:...

Y traía solo un saco de remordimientos recosido a sus inviernos, una madeja de alboradas y arena fina en los bolsillos, formando una playa que le predisponía a la sombra. Se acercó, según decía, para buscar alguno de sus cabellos, como una escala hacia unas estrellas que se le apagaban de a poco, como de un estornudo invisible y a pesar de ello, infinito. Encontró solo migas que dejó abril tras sus pétalos, un puñado de pasos y un continuo ring que le apretaba como si nunca llegara su tiempo. Espigado como era, parecía buscar copas a las que asirse para contemplar desde la azotea el rastro de sus porqués ahora somnolientos. Descorrió las cortinas, y mil mariposas fijas arañaron su coraza hasta que se fundieron con sus mejillas, demasiado secas para tanto rocío. Y entre tanto de tanto, decidió ahuecar de luces sus secretos y almidonar los te quiero que flotaban entre puertas, arrastrándolos inflexible hasta los últimos puertos, para izar velas y canciones hacia los sueños que ya no tenía y tras los que se durmió despierto. Y durmió, y durmió, y se le enredaron sus barbas cansadas, se deshojaron sus cuentos y se le clavaron las uñas a sus vértigos. Entonces y solo entonces, pudo abrir sus ojos y, entre sus fríos, encontró un navío y se echó a la mar…

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Es precioso Ventura.

Me ha encantado pasar por tus letras.

Abrazos.

Muchas gracias Maria Pilar, para mi es verdadero gusto verte por aqui, y tener tu sincera y generosa huella.
Un beso

Hermoso texto para releer y disfrutar.

Gracias querida Hallie por este regalo de volver, y tus palabras que tanto aprecio.
Beso grande compañera