Editorial Alaire

Cada noche me acuesto suspirando,
invocando inútilmente
la delgada sombra de tus labios,
pero, los dioses nunca me son propicios,
ignoran ¡los muy ingratos!
los vulnerables deseos de los hombres.
…..


Hay un súbito crujir en mis huesos,
un opaco malestar, una desidia,
en el horizonte ya no se entreven los oasis.
En estos día insensatos, he pensado;
quizás el amor, no era más que la sombra de un sueño,
algún lugar imaginario, de poco tránsito,
al que llegas mientras duermes,
si así fuera, quisiera poder soñar
y recostarme al borde de tu nombre
y tener cualquier clase de pesadillas
con tus irreverentes manos.
…...


Pensé que lo de Blancanieves
era sólo un cuento de hadas,
que no existían las envenenadas manzanas,
hasta que por fin un día, fui a morder
el lado más rojo y carnoso de tus labios.

quisiera poder soñar
y recostarme al borde de tu nombre
y tener cualquier clase de pesadillas
con tus irreverentes manos.

Erotismo elegante en hermosos versos. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Carmen, magnífico poema intimista, versos maravillosos y cierre espléndido, me ha gustado mucho, un abrazo.

bello

Viajera, has escrito unas instantáneas cargadas de espíritu poético que son capaces de transmitir lo esencial de la poesía, por eso he disfrutado mucho leyéndote. Te dejo mi abrazo, Carmen.

Me gusta la delicadeza con la que hablas del amor y del deseo. He disfrutado con estas instantáneas. Unha aperta.

Versos hermosos, todos. Para disfrutar. Un abrazo y por supuesto, feliz día.

Judit

me gusta lo que se agrega y se superpone, me gustan las mezclas aunque encima hay un añil que tiñe todo. me llaman la atención los puntos suspensivos... yo los veo en pares de tres (2) uno simple y uno en negrita, sería un detalle pero no estoy seguro de que esto que veo sea así. Bueno, como siempre muy bueno

Carmen López escribió:Cada noche me acuesto suspirando,
invocando inútilmente
la delgada sombra de tus labios,
pero, los dioses nunca me son propicios,
ignoran ¡los muy ingratos!
los vulnerables deseos de los hombres.
…..


Hay un súbito crujir en mis huesos,
un opaco malestar, una desidia,
en el horizonte ya no se entreven los oasis.
En estos día insensatos, he pensado;
quizás el amor, no era más que la sombra de un sueño,
algún lugar imaginario, de poco tránsito,
al que llegas mientras duermes,
si así fuera, quisiera poder soñar
y recostarme al borde de tu nombre
y tener cualquier clase de pesadillas
con tus irreverentes manos.
…...


Pensé que lo de Blancanieves
era sólo un cuento de hadas,
que no existían las envenenadas manzanas,
hasta que por fin un día, fui a morder
el lado más rojo y carnoso de tus labios.

... bellas instantáneas, bellas, 3 y bellas las tres; y cada momento lo suyo, a cada arroz su hervor; así nos has presentado, Carmen estimada, estos lindos versos que tratando de amor, ay, sin embargo, ese lado difícil e evitar y al que uno va a dar ¿ no es cierto, amiga...? Todo ello as logrado expresarlo con soltura y altura poética, con estupenda altura; recibe mis saludos; Orión

Enormemente lírico y elegante, pleno de eufonía que da el placer de disfrutarlo. Te felicito, querida compañera. Un abrazo fuerte desde la lejanía.

José Manuel F. Febles

Muy hermosos y delicados versos, Carmen. Un placer de lectura. Ne encanta el final

hasta que por fin un día, fui a morder
el lado más rojo y carnoso de tus labios.

Un abrazo.

si así fuera, quisiera poder soñar
y recostarme al borde de tu nombre
y tener cualquier clase de pesadillas
con tus irreverentes manos.

Versos que se baten entre el deseo y la melancolía, entre la añoranza y la espera. Un placer, como siempre, encontrar tu delicada sensibilidad en ellos. Me ha encantado leerte. Abrazos, amiga.

Tu poema pronuncia el desamor a pesar de la fuerza del sentir.

Me encantó leerte, amiga, aunque espero y pienso que ese
desamor es más bien imaginario que real.

Un abrazo

CArmeta ¿con cual de los tres me quedo?
Realmente magníficos, no tienen desperdicio, lo de Blancanieves insuperable, Carmeta, insuperable, pero es que todos tres son magníficos.

Petons, Doña Poeta.

Maravillosas instantáneas, querida Carmen. Lúcidas y con un derroche de ingenio muy grande.

De pie para los aplausos y un abrazote.