Editorial Alaire

UN ÁRBOL EN MÍ CRECIENDO

Hay un árbol en mí creciendo
muy lento y del revés
(las ramas hacia dentro, la raíz en la cabeza, los frutos
en los pies). Es tan raro que ni yo mismo
lo comprendo. Un engendro
de Dios o de la vida.

A veces cuando llueve miro al cielo
y se abren las compuertas de mi boca
y sus papilas. Sorbo a sorbo me bebo el agua
templada de la lluvia, y el árbol cruje dentro
libando mi saliva. En primavera
caen sus hojas muertas como el ángelus
cae sobre la mies, y en otoño brota un tallo
tan tierno en su corteza, que parece
la escama transparente de algún pez. Por pensar
como un poeta dicen
que no consigo ver el mundo como es y que por eso
me pasan estas cosas; y yo les digo que si un árbol
me crece boca abajo y hacia dentro es porque lleva,
también en sus entrañas, a un niño con un árbol
creciendo del derecho, y haciendo al mismo tiempo
tres cosas a la vez:
jugar en un columpio, silbar como un jilguero,
podar las ramas secas
de mi alma cuando duermo;
por eso al despertar me encuentro
con un millón de versos en la almohada: son los frutos
del árbol de mi vida; y los siembro a todos juntos
en campos de papel.

A mí me crece un árbol
por dentro y del revés; se parece a un arlequín
con forma de pincel. Yo lo riego cada noche con mis propios
anhelos y latidos. Es un caníbal que se nutre
de mí y de mis recuerdos. Se comporta
a veces como un roble, y a veces como un frágil
cerezo en un jardín.


--oOo--

José Manuel Sáiz escribió:
UN ÁRBOL EN MÍ CRECIENDO

Hay un árbol en mí creciendo
muy lento y del revés
(las ramas hacia dentro, la raíz en la cabeza, los frutos
en los pies). Es tan raro que ni yo mismo
lo comprendo. Un engendro
de Dios o de la vida.

A veces cuando llueve miro al cielo
y se abren las compuertas
sedientas de mi boca, y así me bebo el agua
serena de la lluvia, y el árbol cruje dentro
hinchando la corteza. En primavera
caen sus hojas muertas como el ángelus
cae sobre la mies, y en otoño brota un tallo
tan tierno y tan pequeño que parece
la escama transparente de algún pez. Por pensar
como un poeta dicen
que no consigo ver el mundo como es y que por eso
me pasan estas cosas; y yo les digo que si un árbol
me crece boca abajo y hacia dentro es porque lleva,
también en sus entrañas, a un niño con un árbol
creciendo del derecho, y haciendo al mismo tiempo
tres cosas a la vez:
jugar en un columpio, silbar como un jilguero,
podar las ramas secas
de mi alma cuando duermo;
por eso al despertar me encuentro
con un millón de versos caídos en la cama: son los frutos
del árbol de mi vida; y los siembro al alba a todos juntos
por los campos de plasma o de papel.

A mí me crece un árbol
muy lento y del revés.
Lo riego cada noche con mis propios
anhelos y latidos. Es un árbol que se nutre
de mí y de mis recuerdos. Se comporta
a veces como un roble, y a veces como un frágil
cerezo en un jardín.


--oOo--

Lo que crece en tí es la creatividad inagotable, José Manuel, leyendo este poema he vuelto a ser la niña que leía cuentos fantásticos ¡qué gusto poder disfrutar de tu fabulosa imaginación, compañero.
Un beso.

Hola José Manuel, un poema extraordinario, en el que plasmas tus sentimientos creativos y calas en el lector como esas raíces de ese árbol del revés que llevas dentro, que te escribe esos versos tan hermosos. Es un placer, amigo, un fuerte abrazo.

Imaginación y creatividad desprendes, un placer leerte. Un fuerte abrazo.

Marisa Peral escribió:

José Manuel Sáiz escribió:
UN ÁRBOL EN MÍ CRECIENDO

Hay un árbol en mí creciendo
muy lento y del revés
(las ramas hacia dentro, la raíz en la cabeza, los frutos
en los pies). Es tan raro que ni yo mismo
lo comprendo. Un engendro
de Dios o de la vida.

A veces cuando llueve miro al cielo
y se abren las compuertas
sedientas de mi boca, y así me bebo el agua
serena de la lluvia, y el árbol cruje dentro
hinchando la corteza. En primavera
caen sus hojas muertas como el ángelus
cae sobre la mies, y en otoño brota un tallo
tan tierno y tan pequeño que parece
la escama transparente de algún pez. Por pensar
como un poeta dicen
que no consigo ver el mundo como es y que por eso
me pasan estas cosas; y yo les digo que si un árbol
me crece boca abajo y hacia dentro es porque lleva,
también en sus entrañas, a un niño con un árbol
creciendo del derecho, y haciendo al mismo tiempo
tres cosas a la vez:
jugar en un columpio, silbar como un jilguero,
podar las ramas secas
de mi alma cuando duermo;
por eso al despertar me encuentro
con un millón de versos caídos en la cama: son los frutos
del árbol de mi vida; y los siembro al alba a todos juntos
por los campos de plasma o de papel.

A mí me crece un árbol
muy lento y del revés.
Lo riego cada noche con mis propios
anhelos y latidos. Es un árbol que se nutre
de mí y de mis recuerdos. Se comporta
a veces como un roble, y a veces como un frágil
cerezo en un jardín.


--oOo--

Lo que crece en tí es la creatividad inagotable, José Manuel, leyendo este poema he vuelto a ser la niña que leía cuentos fantásticos ¡qué gusto poder disfrutar de tu fabulosa imaginación, compañero.
Un beso.

Muchas gracias Marisa. Me sobrecoge tu generoso comentario.
Un fuerte abrazo
J. Manuel

Que ese árbol nunca se seque y siga dejando hermosos versos en la almohada.
Precioso poema lírico y lleno de bondad.
Besos
Pilar

Hay ritmo, ternura, creatividad y mucha belleza. Me ha encantado el poema, ese roble y cerezo del revés. Es imposible no ver la imagen. Felicidades y un abrazo.

Judit

Ademas de la preciosas imagenes que vas esculpiendo en los versos, hay un fondo de inspiración poética espléndido. Es un poema que marca, son cuadros imposibles compuestos como las imágenes de Escher, van creando una escena que se compone de la anterior, pero tú le añades sentimientos, emociones y un recorrido introspectivo que nos permite viajar de algún modo a tu subsconciente.
Me ha encantado. Un autentico placer pasar por aqui, amigo
Un fuerte abrazo

A t, no sé si te crece un árbol José Manuel, lo que si te crece es una imaginación maravillosa y una ternura interior que sale a chorros....un lujo y un placer leerte, amigo. Ahhh, no lo he dicho, pero, lo digo ahora, me ha encantado.

Un abrazo grande.

Carmen

Ufff !qué bonito! !Imaginación al Olimpo, amigo!

Gracias mil por compartirlo.


Víctor

Manuel Alonso escribió:Hola José Manuel, un poema extraordinario, en el que plasmas tus sentimientos creativos y calas en el lector como esas raíces de ese árbol del revés que llevas dentro, que te escribe esos versos tan hermosos. Es un placer, amigo, un fuerte abrazo.

Manuel, tocayo, muchas gracias por tu amable comentario.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

Dani Calvo escribió:Imaginación y creatividad desprendes, un placer leerte. Un fuerte abrazo.

Muchas gracias Dani por tu visita.
Un abrazo
J. Manuel