El jardin penitente
Publicado: Dom, 27 Abr 2014 23:38
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Se abrió tu árida túnica en estrías flacas desparramando certidumbres,
una fila de tridentes repobló tu frontera llamando a las alondras,
plantado el cordón entre el horizonte y el seno que atrae la lumbre,
sobre tus confines, un velo verde vino a recoger nuestras sombras.
Treparon puñaladas dulces por los blancos muros besando al sol poniente,
manaron espesuras en bandada con la miel que brotaba de tus venas,
espumas de azahar acarician un aire sedoso de promesas plenas,
frondosas lenguas abrigaron nidos de palabras, augurios del presente.
Y de súbito llegaron lances a tronchar tu albur de reir fecundo,
y la madrugada dejó de irrigar suspiros que saciaban tu apetito,
tus colores se filtraron al mustio equipaje desnudando al infinito
y el solo alimento, un débil sollozo que, imperceptible, ahogo al mundo.
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Se abrió tu árida túnica en estrías flacas desparramando certidumbres,
una fila de tridentes repobló tu frontera llamando a las alondras,
plantado el cordón entre el horizonte y el seno que atrae la lumbre,
sobre tus confines, un velo verde vino a recoger nuestras sombras.
Treparon puñaladas dulces por los blancos muros besando al sol poniente,
manaron espesuras en bandada con la miel que brotaba de tus venas,
espumas de azahar acarician un aire sedoso de promesas plenas,
frondosas lenguas abrigaron nidos de palabras, augurios del presente.
Y de súbito llegaron lances a tronchar tu albur de reir fecundo,
y la madrugada dejó de irrigar suspiros que saciaban tu apetito,
tus colores se filtraron al mustio equipaje desnudando al infinito
y el solo alimento, un débil sollozo que, imperceptible, ahogo al mundo.
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