Editorial Alaire

...

Devuelvo al infinito
todo el sentido
que la vida pueda tener,
devuelvo la ceguera
de los no ciegos, tan inútil
lija fina erosionando
piedra y huesos.

El infinito se hace el sordo
pretendiendo vida eterna,
sustituto de cielos e infiernos
que se acabaron,
que nunca fueron.
El infinito es el enemigo.

No escucha, sólo se alimenta
de almas dóciles.
Te atrapa y engorda.
No lo quiero,
devuelvo el infinito al infinito.

Quiero el instante que no suma
desapercibido tras un velo,
una pupila, un desierto,
o yo mismo, fugaz desaparecido.

...

Muy bien amigo, hermoso poema, el infinito, la devolución de los sentidos, me ha gustado mucho, un abrazo.

La conciencia y el grito irrevernte de la finitud, propia de lo humano, frente al inabarcale concepto del infinito, que termina siempre por devorarlo todo. Inteligente cuestionamiento con un impecable lenguaje poético. Gracias por tu entrega, mis saludos.

"Quiero el instante que no suma
desapercibido tras un velo,
una pupila, un desierto,
o yo mismo, fugaz desaparecido."


Un final aplanador, Ignacio. No sirve de nada la abstracción ilimitada, el vacío que lo encumbra, la inercia que lo pondera...

Un gustazo volver a leerte.

Salud y felicidad.

Un placer de lectura, bello discernimiento inconformista ante lo inalcanzable, volver la mirada hacia lo asequible, lo cercano, uno mismo.
Me ha gustado mucho. Un abrazo

Manuel Alonso escribió:Muy bien amigo, hermoso poema, el infinito, la devolución de los sentidos, me ha gustado mucho, un abrazo.

Gracias Manuel. Aprecio lo que dices.

Un abrazo.
Ignacio

Un poema hermoso con la gran pregunta, el fin último que nos muestras con maestría.
Un gusto pasar por tus letras.
Besos
Pilar

Ignacio Mincholed escribió:...

Devuelvo al infinito
todo el sentido
que la vida pueda tener,
devuelvo la ceguera
de los no ciegos, tan inútil
lija fina erosionando
piedra y huesos.

El infinito se hace el sordo
pretendiendo vida eterna,
sustituto de cielos e infiernos
que se acabaron,
que nunca fueron.
El infinito es el enemigo.
.............

Me adhiero a ti, amigo Ignacio,y yo también devuelvotodo lo que nos quisieron vender detrás de ese concepto: el INFINITO,que han querido vendernosfundadores y líderesde tantas religiones y creenciasa lo largo de siglospara que nunca vivamos el hoyy esperemos mañanas imposibles.
Y ahora te dejo amigo Ignacioporque voy a tomar mi cena,pues mañana no sé si llegaréa tener este gozo de cenar.
Un Abrazo.* **

Arturo Rodríguez Milliet escribió:La conciencia y el grito irrevernte de la finitud, propia de lo humano, frente al inabarcale concepto del infinito, que termina siempre por devorarlo todo. Inteligente cuestionamiento con un impecable lenguaje poético. Gracias por tu entrega, mis saludos.

Saludos Arturo, aprecio tu fino comentario y lo agradezco.

Saludos.
Ignacio

Hallie Hernández Alfaro escribió:"Quiero el instante que no suma
desapercibido tras un velo,
una pupila, un desierto,
o yo mismo, fugaz desaparecido."


Un final aplanador, Ignacio. No sirve de nada la abstracción ilimitada, el vacío que lo encumbra, la inercia que lo pondera...

Un gustazo volver a leerte.

Salud y felicidad.

Gracias Hallie. Siempre aprecio tus notas.

Un abrazo.
Ignacio

Ventura Ramos López escribió:Un placer de lectura, bello discernimiento inconformista ante lo inalcanzable, volver la mirada hacia lo asequible, lo cercano, uno mismo.
Me ha gustado mucho. Un abrazo

Muchas gracias por la nota tan cercana.

Un abrazo.
Ignacio

Pilar Morte escribió:Un poema hermoso con la gran pregunta, el fin último que nos muestras con maestría.
Un gusto pasar por tus letras.
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar. Aprecio tu nota.

Un abrazo.
Ignacio

Ignacio Mincholed escribió:...

Devuelvo al infinito
todo el sentido
que la vida pueda tener,
devuelvo la ceguera
de los no ciegos, tan inútil
lija fina erosionando
piedra y huesos.

El infinito se hace el sordo
pretendiendo vida eterna,
sustituto de cielos e infiernos
que se acabaron,
que nunca fueron.
El infinito es el enemigo.

No escucha, sólo se alimenta
de almas dóciles.
Te atrapa y engorda.
No lo quiero,
devuelvo el infinito al infinito.

Quiero el instante que no suma
desapercibido tras un velo,
una pupila, un desierto,
o yo mismo, fugaz desaparecido.

...

Lo inalcanzable, qué dilema Ignacio, y a veces tenemos el cielo en las manos y no nos damos cuenta. Igual todo lo que diga probablemente tiene que ver con mis vivencias, pero las tuyas, a través del poema, me resultan muy cercanas.
Me encantó leerte, un abrazo, Luna.-

JUANPABLO escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Devuelvo al infinito
todo el sentido
que la vida pueda tener,
devuelvo la ceguera
de los no ciegos, tan inútil
lija fina erosionando
piedra y huesos.

El infinito se hace el sordo
pretendiendo vida eterna,
sustituto de cielos e infiernos
que se acabaron,
que nunca fueron.
El infinito es el enemigo.
.............

Me adhiero a ti, amigo Ignacio,y yo también devuelvotodo lo que nos quisieron vender detrás de ese concepto: el INFINITO,que han querido vendernosfundadores y líderesde tantas religiones y creenciasa lo largo de siglospara que nunca vivamos el hoyy esperemos mañanas imposibles.
Y ahora te dejo amigo Ignacioporque voy a tomar mi cena,pues mañana no sé si llegaréa tener este gozo de cenar.
Un Abrazo.* **

Muy amable, Juan Pablo, agradezco tu nota.

Un abrazo.
Ignacio

Luna de Nos escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Devuelvo al infinito
todo el sentido
que la vida pueda tener,
devuelvo la ceguera
de los no ciegos, tan inútil
lija fina erosionando
piedra y huesos.

El infinito se hace el sordo
pretendiendo vida eterna,
sustituto de cielos e infiernos
que se acabaron,
que nunca fueron.
El infinito es el enemigo.

No escucha, sólo se alimenta
de almas dóciles.
Te atrapa y engorda.
No lo quiero,
devuelvo el infinito al infinito.

Quiero el instante que no suma
desapercibido tras un velo,
una pupila, un desierto,
o yo mismo, fugaz desaparecido.

...

Lo inalcanzable, qué dilema Ignacio, y a veces tenemos el cielo en las manos y no nos damos cuenta. Igual todo lo que diga probablemente tiene que ver con mis vivencias, pero las tuyas, a través del poema, me resultan muy cercanas.
Me encantó leerte, un abrazo, Luna.-

Muchas gracias Luna.
Me alegra lo que dices.

Un abrazo.
Ignacio