Editorial Alaire

Manuel Alonso escribió:Hola Minona, qué poema mujer, me has dejado boquiabierto, me ha gustado mucho, ese Dios que ha muerto en la esquina de tu calle y lloraba antes de morir, todos tus poemas me gustan, pero éste sobremanera, (a ver si tomamos un cafe) un saludo amiga.

Minona McEwen escribió:Dios ha muerto,
jirones de su cuerpo
han sido esparcidos por la orilla
donde la niña rota,
vaga,
donde el amor se abandona,
donde un perro devora
las huellas del hombre.

Dios ha muerto,
ocurrió en la esquina de mi calle.
Antes de morir,
lloraba.
Su pena no tenía horizontes,
el viento le mesaba las barbas
al tiempo que se disipaban en nubes de esperanza,
luego la lluvia le deshizo los ojos,
llenos de distancia,
y se volcaron en un charco sucio, polvoriento,
donde se olvidan las palabras,
donde no hay primaveras,
donde la ciudad crece, maldita.

Dios ha muerto.
Descanse en paz su alma.

Guillermo Cuesta escribió:Minona, la semana de resurrección altiva va por tu poema.
Las calles marcan el INRI nuevo de esta cultura amortizada.

un abrazo

Joan Port escribió:

Minona McEwen escribió:Dios ha muerto,
jirones de su cuerpo
han sido esparcidos por la orilla
donde la niña rota,
vaga,
donde el amor se abandona,
donde un perro devora
las huellas del hombre.

Dios ha muerto,
ocurrió en la esquina de mi calle.
Antes de morir,
lloraba.
Su pena no tenía horizontes,
el viento le mesaba las barbas
al tiempo que se disipaban en nubes de esperanza,
luego la lluvia le deshizo los ojos,
llenos de distancia,
y se volcaron en un charco sucio, polvoriento,
donde se olvidan las palabras,
donde no hay primaveras,
donde la ciudad crece, maldita.

Dios ha muerto.
Descanse en paz su alma.

Hace siglos que anda muerto tirado en el asfalto de cualquier ciudad olvidada.

Me gusto el poema, felicitaciones.

Minona McEwen escribió: Dios ha muerto,
ocurrió en la esquina de mi calle.
Antes de morir,
lloraba.
Su pena no tenía horizontes,
el viento le mesaba las barbas
al tiempo que se disipaban en nubes de esperanza,
luego la lluvia le deshizo los ojos,
llenos de distancia,
y se volcaron en un charco sucio, polvoriento,
donde se olvidan las palabras,
donde no hay primaveras,
donde la ciudad crece, maldita.

Dios ha muerto.
Descanse en paz su alma.

Nimaos Llombart escribió:

Minona McEwen escribió: Dios ha muerto,
ocurrió en la esquina de mi calle.
Antes de morir,
lloraba.
Su pena no tenía horizontes,
el viento le mesaba las barbas
al tiempo que se disipaban en nubes de esperanza,
luego la lluvia le deshizo los ojos,
llenos de distancia,
y se volcaron en un charco sucio, polvoriento,
donde se olvidan las palabras,
donde no hay primaveras,
donde la ciudad crece, maldita.

Dios ha muerto.
Descanse en paz su alma.

Me gusta esta riqueza de indudable plasticidad, su enorme fabulación y demonismo verbal que inmediatamente me atrapa, por su mesmerismo.

Recibe mi cordial abrazo y un beso, amiga mía.

Gracias por tus palabras. Comentarios siempre inteligentes. Un saludo.



O. Llombart.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Gran fuerza en estos versos, demoledores en su aparente irreverencia y valientes en su enérgica denuncia. Impactante, sin lugar a dudas.
Te saludo y felicito en un abrazo.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Gran fuerza en estos versos, demoledores en su aparente irreverencia y valientes en su enérgica denuncia. Impactante, sin lugar a dudas.
Te saludo y felicito en un abrazo.