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La última primavera que vieron los ojos de mi madre

Publicado: Lun, 21 Abr 2014 21:41
por F. Enrique
La última primavera
que vieron
los ojos de mi madre
volví a sentarme solo
en la arena de la playa
donde solía buscar
la luz del horizonte
y arrancar caracolas
en su lecho florido.

Mi madre no escuchó
la voz de la campana,
su corazón latía
y dejaban sus labios
palabras en la alcoba
y en el rumor salobre
que subía corriendo
al Tobogán
como un niño que juega.

Un halo adolescente
en mi alma crecía
buscando aquellos pasos
borrados por el agua,
coronando las ansias
de los besos perdidos,
dejando otro dolor
en la sala en penumbra.

Mi madre no escuchó
la voz de la campana,
dejó marchar, como otros,
su último fulgor,
no detuvo los pétalos
de sus rojos geranios,
ni la fuerza en la sangre
que en su patio regaba.

Ya no quedan jilgueros
para cantar su muerte,
y el barrio se derrumba
sin recordar acaso
la última primavera
que vieron
los ojos de mi madre.

Publicado: Lun, 21 Abr 2014 22:31
por Hallie Hernández Alfaro
F, Enrique, hay en estos versos una esencialidad hermosa, estrujada en el corazón del poeta. Suavísimo a pesar del dolor que sostiene, conciliador, diría yo, cuando la muerte nos castiga de cerca. Un perfume de jazmines y hondura lo impregna todo.

Abrazo cordial y felices horas.

re: La última primavera que vieron los ojos de mi madre

Publicado: Mar, 22 Abr 2014 0:06
por Manuel Alonso
Hola amigo, me ha gustado mucho tu poema evocando la figura sagrada de la madre, hermosos versos, un abrazo.

Publicado: Mar, 22 Abr 2014 8:40
por F. Enrique
Siempre es complejo, Hallie, han pasado muchos años desde que escribí el poema, hablar de este tema. A su vez es una versión posterior de un poema que, tal vez, no estaba bien escrito y que se me hacía difícil comentar.

De pequeño no vivía en una familia sino en algo que podríamos denominar un clan, fueron dos hombres de aquel clan quienes se dedicaron de una forma un tanto anárquica a educarme; cine, deportes y teatro. La relación con mi madre siempre fue difícil, el acercamiento a ella más real y sincero fue en los últimos meses de su vida y por un asunto distinto en el que yo me había portado bastante mal, ahí comprendí que hay personas en mi vida que me aceptarían con lo peor de mí. Sinceramente, Hallie, no sé porque he colgado este poema, tengo demasiados archivos y, a veces, me dejo llevar por lo que encuentro al azar. Te agradezco que siempre veas lo que escribo con tan buenos ojos.

Un abrazo.

Publicado: Mar, 22 Abr 2014 8:44
por F. Enrique
Gracias, Manuel, es algo que a todos nos une. La madre es un ser humano al que exigimos demasiado, quizás porque ella misma nos lo enseñe. Se corre el peligro, al menos en mi caso es así, que se crean tantas expectativas que acaba siendo problemático que aparezca el ser humano y no se ajuste a lo que uno piensa que debe ser.

Un abrazo.