Editorial Alaire

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Había dormido casi ocho meses, invernado más de una helada; rugia muy sordamente en el centro de la cama. Sus fauces parecían hinchadas, hundidas en la modorra y el desencanto. Hace mucho no salía a cazar ni intentaba quebrar con sus garras la vieja lámpara de cristal.
No probó un sólo bocado en su onírica pausa; se levantaba con ganas de beber un garrafón de adrenalina. La mañana parecía resucitar en este martes acuchillado por una lluvia tempestuosa.
Giró lentamente la cabeza hasta fijar su mirada en el cuerpo de la mujer. Ella si que dormía placidamente; seguramente hasta soñaba con alguien muy amado, a juzgar por la sonrisa que esbozaban sus labios. Tan ingenua y confiada, no tenía manera de sospechar que sin aviso alguno sería asediada por el terror. Vulnerable en su abandono, se abrazó a la almohada.
La bestia decidió esperar unos segundos más; todavía su víctima parecía estar en sueño REM; era un momento ideal para acercarse a olfatearla, a sembrar en el aire un tufo de azufre y desconcierto; había demorado mucho la tregua que le había concedido; ahora sus visceras removían ácidos y sus músculos acumulaban viscosidades amargas.

Helena abrió los ojos subitamente, su rostro de joven equilibrada cambió totalmente de expresión. Una sustancia desagradable que subía del estómago a la garganta la hizo ponerse en pie, tan de prisa que la habitación entera comenzó a dar vueltas. La pulsación cardíaca se hizo casi insoportable; las manos y el cuello transpiraban y la sensación de mareo amanezaba con hacerla perder el sentido. Descompensada por completo abrió la gaveta más cercana del armario, buscó con un temblor incontrolable las pastillas fetiche, oxacepam, 20 milígramos. Se arrastró como pudo hasta el lavabo y bebió un poco de agua. El fármaco ya estaba mezclado con la saliva y actuaría en su efecto. Poco a poco, cedió la fantasmagórica taquicardia, las pupilas volvían a la normalidad, algo de calma tocaba sus manos y hacía más benigno el aire que respiraba.

La última vez que fue presa de un ataque de pánico había sido un cálido día de junio al tomar el primer tren de la mañana. La bestia era así, incierta y tártara pero no invencible.

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La amenaza del alcohol puede describirse muy bien como la de la bestia que nos traes en tu relato. Interesante, muy interesante, Hallie.
Salud.

Julio González Alonso escribió:La amenaza del alcohol puede describirse muy bien como la de la bestia que nos traes en tu relato. Interesante, muy interesante, Hallie.
Salud.

Muchísimas gracias por tu reflejo, Julio. La bestia, sí, es muy parecida en todas las adicciones y en los síndromes de abstinencia. Ésta, en particular, quiere simbolizar al trastorno del pánico. Tiene desencadenantes pero no una causa determinada. La adrenanlina es segregada a borbotones sin referente externo; la sensación de mareo, latidos cardíacos elevadísimos, sudoración, despersonalización en muchos casos, sensación de que algo anda muy mal y terror a la muerte son emociones desagradables y temidas por las personas que lo padecen. La angustia a sentir angustia. En el caso de Helena ocurre durante la noche luego del sueño REM (sueño profundo con movimiento rápido de los ojos) o en la mañana en un lugar público (estación del tren).

Un gran abrazo, compañero, y felices horas.

Hallie querida amiga, con tu talento (demostrado), nos regalas un relato inteligente, bien trazado, interesante y con esa profundidad que te caracteriza y que toca la fibra humana. Te cuento que con relatos como ´´este se me abren los ojos internos y veo la escena y siento o entiendo lo que siente Helena, esa condici´´on mental que como una bestia acosa y toma muchos nombres..., en este caso "p´´anico". Para mi esa es la funci´´on de toda literatura (con diferentes herramientas de acuerdo al g´´enero): adentrarnos en esos submundos que conforman nuestro mundo. De lujo siempre. Un gran abrazo, sincer´´isimo, hasta ti y los tuyos.

PD. Muy agradecido y honrado por la cita.

Genial Hallie. Mira que he escuchado toda clase de descripciones de lo que sienten las personas en medio de una crisis de pánico, pero tu metáfora de una fiera que inverna para despertar cuando menos se espera me resulta tremendamnete afortunada. Al magen de la rigurosidad científica de tu aproximación al tema, tu narrativa me resulta exquisita, captas la atención del lector desde el comienzo hasta su esclarecedor final con un ritmo y tensión muy bien equilibrados.

Mi entusiasta felicitación por este excelente microrrelato, me puedes permitir imprimirlo para obsequiarlo a mis pacientes con éste trastorno?

Un abrazo.

Transmite terror, Hallie. En mi caso lo has conseguido. De tan próximo da miedo. Y me encanta lo de "tártara".

Gerardo Mont escribió:Hallie querida amiga, con tu talento (demostrado), nos regalas un relato inteligente, bien trazado, interesante y con esa profundidad que te caracteriza y que toca la fibra humana. Te cuento que con relatos como ´´este se me abren los ojos internos y veo la escena y siento o entiendo lo que siente Helena, esa condici´´on mental que como una bestia acosa y toma muchos nombres..., en este caso "p´´anico". Para mi esa es la funci´´on de toda literatura (con diferentes herramientas de acuerdo al g´´enero): adentrarnos en esos submundos que conforman nuestro mundo. De lujo siempre. Un gran abrazo, sincer´´isimo, hasta ti y los tuyos.

PD. Muy agradecido y honrado por la cita.

Muchas gracias, querido amigo. Ya sé que tus ojos de librepensador y gran poeta me favorecen.

Esta sociedad humana de la que formamos parte genera sus propias patologías. Quise desmitificar un poco a esa bestia del pánico, que no se crea tan poderosa ni nociva. Podemos neutralizarla, claro que podemos.

Abrazo enorme para vos y los tuyos.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Genial Hallie. Mira que he escuchado toda clase de descripciones de lo que sienten las personas en medio de una crisis de pánico, pero tu metáfora de una fiera que inverna para despertar cuando menos se espera me resulta tremendamnete afortunada. Al magen de la rigurosidad científica de tu aproximación al tema, tu narrativa me resulta exquisita, captas la atención del lector desde el comienzo hasta su esclarecedor final con un ritmo y tensión muy bien equilibrados.

Mi entusiasta felicitación por este excelente microrrelato, me puedes permitir imprimirlo para obsequiarlo a mis pacientes con éste trastorno?

Un abrazo.

Muchas gracias por tu amabilísima atención, Arturo. Sí, deja mucho que desear mi aproximación científica al trastorno del pánico [img]images/smiles/icon_wink.gif[/img]; pretendo barnizarlo con un poco de literatura y acercarlo al público general; como le decía a Gerardo desmitificar a la bestia, hacerla flaquear en su ansioso poderío. Oxacepam y/o bloqueadores beta, dosis más o menos altas, otros fármacos, etc, son también crucifijos, collares de ajo, minúsculos fetiches que pueden palear las consecuencias del síndrome.

Encantada si quisieras agregar algo más del DSM V o de tu propia elaboración.

Y sí, sería un gran honor que mi humilde escrito sea repartido entre tus pacientes.

Abrazo enorme y felices horas.

Querida Hallie, lamento no haberme expresado suficientemente bien. Al hablar de "la rigurosidad científica de tu aproximación al tema", lo hacía en sentido positivo, ya que demuestras un muy detallado conocimiento sobre esta entidad clínica, muy por encima de la que muchos médicos generales manejan, permitiendo que se pierda la oportunidad de un diagnóstico temprano. Por otra parte, es muy valioso que se aborde y se desmistifique el tema tal como tu lo has hecho, ello permite que la gente lo entienda mejor y acuda sin prejuicios a las consultas.

Nada tendría que agregar a esta joya descriptiva que haces desde tu sensibilidad y que llega mejor y con mejor efecto a los pacientes que los gélidos criterios del DSM V.

No hubiese podido conciliar el sueño sin esta necesaria aclaratoria. Una vez más recibe mi afecto en un cercano y sincero abrazo.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Querida Hallie, lamento no haberme expresado suficientemente bien. Al hablar de "la rigurosidad científica de tu aproximación al tema", lo hacía en sentido positivo, ya que demuestras un muy detallado conocimiento sobre esta entidad clínica, muy por encima de la que muchos médicos generales manejan, permitiendo que se pierda la oportunidad de un diagnóstico temprano. Por otra parte, es muy valioso que se aborde y se desmistifique el tema tal como tu lo has hecho, ello permite que la gente lo entienda mejor y acuda sin prejuicios a las consultas.

Nada tendría que agregar a esta joya descriptiva que haces desde tu sensibilidad y que llega mejor y con mejor efecto a los pacientes que los gélidos criterios del DSM V.

No hubiese podido conciliar el sueño sin esta necesaria aclaratoria. Una vez más recibe mi afecto en un cercano y sincero abrazo.

Abrazote, compañero. Personalmente estoy feliz de contar con tu narrativa y poética en Alaire.

Va mi afecto hasta ti.

Fran Ríos escribió:Transmite terror, Hallie. En mi caso lo has conseguido. De tan próximo da miedo. Y me encanta lo de "tártara".

Qué bueno, Fran; eso pretendía con el relatillo.

Gracias mil por tu apoyo y presencia.

Salud y felicidad.