CUANDO SEA GRANDE, MAMA.
Publicado: Lun, 07 Abr 2014 6:50
CUANDO SEA GRANDE, MAMA.
Cuando yo sea grande, mamá,
mi lugar quedará vacío, sin tiempo y sin pubertad,
colgará como cuelga un punto, en alguna esquina,
lo mismo que capitán era el grado de todos los juegos,
de todos los besos.
El soldadito sin saber de plomo de la caja de zapato,
comandante de la guerra del Medio Oriente debajo de la cama.
Cuando sea grande, mamá, más grande que la camisa,
y más que las soledades,
no entrará el camello por la ventana, ni el temor de sentirme lejos,
ni el Santa Claus vendrá por la chimenea, ni del polo norte, ni frío,
solamente por el hueco de la aguja mi mundo, como mi cuerpo.
Y yo, ni de blanco ni de azul como los marineros,
sino que vendré de la mano de otra verdad crecida,
a tu mano por la inocencia que me fue arrancada, que me fue perdida,
a mirar con tiempo donde yo soñaba,
a mirar con cara triste el libro en páginas de tus dedos que me dormía.
Cuando sea grande, mamá, y se pierda en lánguida carcajada tu mirada de niña,
y tú así de frágil y pequeña, o te lleve a los parques
donde tu me llevas y te lleve al circo, y a comprar sonrisa.
Entonces tú vendrás igual como yo lo hago,
a sonreír sin dientes con lágrimas en los ojos.
Volveré a ese punto donde habré llegado
y al final tú también te habrás ido,
el lugar donde se juntan sin saber,
el corazón de una madre y el amor de un hijo.
Cuando sea grande mamá,
a dónde tú irás para que estemos juntos, para seguir unidos.
5/27/13
O. Llombart.
Cuando yo sea grande, mamá,
mi lugar quedará vacío, sin tiempo y sin pubertad,
colgará como cuelga un punto, en alguna esquina,
lo mismo que capitán era el grado de todos los juegos,
de todos los besos.
El soldadito sin saber de plomo de la caja de zapato,
comandante de la guerra del Medio Oriente debajo de la cama.
Cuando sea grande, mamá, más grande que la camisa,
y más que las soledades,
no entrará el camello por la ventana, ni el temor de sentirme lejos,
ni el Santa Claus vendrá por la chimenea, ni del polo norte, ni frío,
solamente por el hueco de la aguja mi mundo, como mi cuerpo.
Y yo, ni de blanco ni de azul como los marineros,
sino que vendré de la mano de otra verdad crecida,
a tu mano por la inocencia que me fue arrancada, que me fue perdida,
a mirar con tiempo donde yo soñaba,
a mirar con cara triste el libro en páginas de tus dedos que me dormía.
Cuando sea grande, mamá, y se pierda en lánguida carcajada tu mirada de niña,
y tú así de frágil y pequeña, o te lleve a los parques
donde tu me llevas y te lleve al circo, y a comprar sonrisa.
Entonces tú vendrás igual como yo lo hago,
a sonreír sin dientes con lágrimas en los ojos.
Volveré a ese punto donde habré llegado
y al final tú también te habrás ido,
el lugar donde se juntan sin saber,
el corazón de una madre y el amor de un hijo.
Cuando sea grande mamá,
a dónde tú irás para que estemos juntos, para seguir unidos.
5/27/13
O. Llombart.