capricho del destino desatado,
cabe en tu mano tierna, madura,
manojo dulce de asombros ...
... luna que aluna silbos de cangrejos y medusas... !
De candeal blancura vas disfrazando los días,
gorrión cantándole al viento mientras sobornas las lluvias
y mano y dicha bailamos valses de amor entre espumas,
tus ojos
sobre mis ojos,
mis ojos
simples lagunas.
Ríes abierto y esperas al quicio de las rompientes
que acuda así,
desalada,
y juntos,
hacemos guiño a los duendes.
Emanas, pretendes y somos
de estrellas
pura galaxia.
(A ellos, pura ternura. Alicante es hoy veintiocho de un marzo que se agota)