Editorial Alaire

Cuando venga la mañana y te susurre
la cruz en los mapas del tesoro
y tú subestimando y perezoso
la rechaces cabeza bajo almohada,
no esperes de los negros, negros claros,
ni celeste o turquesa en su semblante,
ni al sur enamorado de su norte,
ni al norte en el edén buscando el este.
Acurrúcate en tus nudos coordenados,
mejor que ni siquiera te levantes.

Pero si ella, samurai por padre y madre,
va y repite la hazaña de mirarte,
y tú ya con un ojo medio abierto
sin esforzarte entiendes su lenguaje
entonces, ya no hay duda, espera verte
en pié y con las alas desplegadas,
algo bueno harías en otras vidas,
que el sol se da la vuelta a rescatarte,
y te ofrece en su grial café con leche
y en el sobre de azúcar, un mensaje
“Arriba, mi hermano, tú decides,
que aquí, solo el que vive, sobrevive”.

J. Paz

Oh, qué belleza de poema. Melodia, encanto y universalidad. Lección para y desde la piedra filosofal de la mañana.

De pie para la ovación, Judit.

Gracias por compartir.

Cuando venga la mañana y te susurre
la cruz en los mapas del tesoro
y tú subestimando y perezoso
la rechaces cabeza bajo almohada,
no esperes de los negros, negros claros,
ni celeste o turquesa en su semblante,
ni al sur enamorado de su norte,
ni al norte en el edén buscando el este.
Acurrúcate en tus nudos coordenados,
mejor que ni siquiera te levantes.




Me gusto el valor arquitectónico de los retruécanos, lo mismo que el sentido antítesis para dar fijación enfática y belleza poética a tu obra. Destaco este especie de trazo verbal en zig-zag que va detallando el ritmo figurativo del poema.


Un abrazo, amigo poeta.


O. Llombart.

Es tan rítmico el poema que casi me dieron ganas de cantar. Un placer pasar por tus versos
Abrazos
Pilar

Muchas gracias a todos. Feliz semana.

Judit

J. Paz escribió:Cuando venga la mañana y te susurre
la cruz en los mapas del tesoro
y tú subestimando y perezoso
la rechaces cabeza bajo almohada,
no esperes de los negros, negros claros,
ni celeste o turquesa en su semblante,
ni al sur enamorado de su norte,
ni al norte en el edén buscando el este.
Acurrúcate en tus nudos coordenados,
mejor que ni siquiera te levantes.

Pero si ella, samurai por padre y madre,
va y repite la hazaña de mirarte,
y tú ya con un ojo medio abierto
sin esforzarte entiendes su lenguaje
entonces, ya no hay duda, espera verte
en pié y con las alas desplegadas,
algo bueno harías en otras vidas,
que el sol se da la vuelta a rescatarte,
y te ofrece en su grial café con leche
y en el sobre de azúcar, un mensaje
“Arriba, mi hermano, tú decides,
que aquí, solo el que vive, sobrevive”.

J. Paz

Amiga Paz:
Menos mal que no soy perezosopara tirarme de la camamás bien tempranoy esperar a que el Solme dé los buenos días.
Me gusta tu poema,pero me río del protagonistaque pierde muchas horas de su vidaacurrucado en su camastro.*Un ABRACIBESO,palabra inventada por míy que espero me acepte la RAE(ya escribí a los académicos,pero estos señores no están por la labor).* * *

Judit, un buen poema, y el final hermoso, amiga, es un placer, un saludo.

Judit, aquí te has lucido en esa primera estrofa con ese estudiado y
magnífico juego de palabras que pone patas arriba los colores y el decir
encontrando en ello la satisfacción plena.

En la segunda estrofa, el poder y el esfuerzo anima y extiende alas
para llegar al oxigeno poético que muy bien se te ha portado en el
poema.

un abrazo

Un placer pasar por tu obra interesante pruesta, un abrazo
javier

Dulces versos que nos deja el encanto de una sensibilidad que persiste.

Un abrazo.

Muchas gracias a todos. Saludos.

Judit

Bello poema de Paz.

Muchas gracias, Rafel. Feliz día.

Judit