Editorial Alaire

La tienda de la esquina
ya no existe. Como a tantas y a tantos,
la crisis se la llevó por delante,
luego, la coyuntura hecha costumbre,
fue cubriendo su cara de pintadas
y otros olores.

Será seguramente equivocado
pretender que las cosas permanezcan
-esas tardes de invierno con la media
luz del poniente, por ejemplo, o
descubrir que una palabra nos salva-.

Sobrevivir conscientemente
es sin duda un delito capital;
poder seguir, a secas,
es, sin más, un acto de circunstancias,
tratar de encontrar un espacio propio
aunque sea tan sólo para intentar narrar
nuestros tristes conatos:

náufragos sin océano,
perseguimos gaviotas
suturando palabras
entre silencios.

Porque uno sabe hasta dónde no llega,
la tienda, sin embargo, permanece.

Esa tienda que ya no está te ha dado pie a una interesante reflexión vital. Me gustó el poema. Un saludo cordial.

Enrique, la tienda, las cosas, su pasividad permisiva, la vida, uno sabe hasta donde no llega, como dices, versos bellos, amigo, te felicito, un placer y un abrazo.

"Sobrevivir conscientemente
es sin duda un delito capital;
poder seguir, a secas,
es, sin más, un acto de circunstancias,
tratar de encontrar un espacio propio
aunque sea tan sólo para intentar narrar
nuestros tristes conatos:

náufragos sin océano,
perseguimos gaviotas
suturando palabras
entre silencios. "


Me ha gustado todo el poema, Enrique. Estos versos que señalo son especialmente hermosos.

El poeta Es en su realidad interior salpicada por el afuera implacable.

Aplausos, encantada de volver a leerte.

Muchas gracias, Ramón , Manuel y Hallie, por comentar este poema.

La verdad es que últimamente escribo poco y comento menos, aunque de vez en cuando no puedo resistirme a dejar huella por estos lares.

Gracias otra vez y un cordial saludo.

Echamos en falta que vengas a menudo para disfrutar de tu poesía hermosa como la que nos
presentas, esa que bucea en los pasos de la vida. Un placer leerte.
Besos
Pilar

[quote="enrique sanmol

Es muy interesante esta reflexión con el trasfondo de las cosas, este intento de aferrarse a referentes seguros, mientras nuestro ser cabalga desbocado por las autopistas de la impermanencia.
Saludos.