Editorial Alaire

Adiós, no hay palabras para sentir lo que digo, dijo el sacerdote.
Estoy tan sólo. Besadme esta tonsura que hay en la palma de mi mano.
La necesito húmeda porque a nadie amo hablando
y creo que sólo un círculo de saliva puede sustituir al sol.
La huella de sus labios es tan profunda que si por maldad
quisiera separarla en dos, mi cuerpo sería absorbido por sí mismo.
Por los labios del ojo, por los párpados de la lengua, juro
la irrealidad de mi mano, pero el círculo es tan cierto;
se sostiene solo, sobre mí, como un halo de santidad
adonde no puede entrar la muerte ni la vida.
Besad el fondo de mi mano en su nombre disperso por las uñas,
quemaos la voz y la mirada. Desapareced.
Besadme su desierto.
Hundidme su columna.

Bruno Laja escribió:Adiós, no hay palabras para sentir lo que digo, dijo el sacerdote.
Estoy tan sólo. Besadme esta tonsura que hay en la palma de mi mano.
La necesito húmeda porque a nadie amo hablando
y creo que sólo un círculo de saliva puede sustituir al sol.
La huella de sus labios es tan profunda que si por maldad
quisiera separarla en dos, mi cuerpo sería absorbido por sí mismo.
Por los labios del ojo, por los párpados de la lengua, juro
la irrealidad de mi mano, pero el círculo es tan cierto;
se sostiene solo, sobre mí, como un halo de santidad
adonde no puede entrar la muerte ni la vida.
Besad el fondo de mi mano en su nombre disperso por las uñas,
quemaos la voz y la mirada. Desapareced.
Besadme su desierto.
Hundidme su columna.

Una obra abstracta en sentido emocional, seca en su rareza y jugosa en el simbolismo que despliega. Mann, Marlow, unos cuantos encuentran la conexión del ángel bello, malévolo, el impostor del bien. Me gusta muchísimo tu exploración. Abrazos,ERA

Muy logrados versos. Siempre es una aventura pasar por tus imágenes.
Besos
Pilar

Lucifer (el portador de la luz), la eterna dualidad del bien y el mal, inseparable e inevitablemente humana. Me ha encantado sumergirme en la profundidad de tus letras, Bruno. Abrazos.

La huella de sus labios es tan profunda que si por maldad
quisiera separarla en dos, mi cuerpo sería absorbido por sí mismo.
Por los labios del ojo, por los párpados de la lengua, juro
la irrealidad de mi mano, pero el círculo es tan cierto;
se sostiene solo, sobre mí, como un halo de santidad
adonde no puede entrar la muerte ni la vida.



Pienso que la condición lucífera se da en el sentido radial y evocativo, por todo el poder de referencia o semiótico del poema. Lo que yo mejor destaco, es el nivel de sonambulismo, la voz del hablante, el trazo verbal en trance por la palabra.


Recibe mi cordial saludo, amigo poeta.



O. Llombart.

Hola amigo, es un poema que me ha gustado mucho, te felicito, un placer y un abrazo.

recorre territorios que solo tú, de nosotros, estás mirando. esperamos estas crónicas de tu interior para saber de los nuestros. delante de tu escribir se abren mundos sobre una moneda o una hoja, vastedades que dan frío pero en ti confiamos-

ERA, muchas gracias. Es sólo una sensación el nombre de una sensación que tengo a veces. Una lengua fría me lame el centro de la palma de la mano, o reaviva una lejana humedad, y siento que hay algo, alguien en ese agujero, o círculo, o pozo, y lo que necesito es que sea sellado, conmigo dentro. Es una zona de la palma de la mano insensible si toco algo, pero dentro, detrás hay una forma verdadera, otras letras. ¿Sabes el chakra en lo alto de la cabeza, esa flor de loto?, yo llamo Lucifer a sentirla ahí, en la mano. Es una flor, y es una tonsura. Abrazo grande.

Pilar, gracias, me alegro mucho cuando te veo. Un abrazo.

Rosa, es un lujo siempre recibirte. Abrazo grande.

Gracias, Nimaos, un abrazo para ti.

Macedonio, me cuesta mucho soportar el frío, pero lo necesito. Y ando siempre buscando sol. Gracias, por el sol de la confianza. Abrazo grande.