Editorial Alaire

Sentencia, suplícame, he conservado las horas de mi muerte,
inútil experimentar una solución bastante radiante,
conmigo o sin mí, adiós, perdóname en la distancia
y cantaré con mi voz disuelta entre fuentes deshidratadas.

Resplandecer ante tí para escuchar las últimas miserias,
suplícame, he refugiado bellas ilusiones entre bellos resentimientos,
soledad que a ciencia cierta a veces pasional,
entre tú y yo, la soledad expresa circunstancias paranormales
que retumban cercanos a tus saludables oídos.

Maniático testimonio aflora mi dulce esencia, suplícame,
conmigo o sin mí, adiós, ya es profundamente a deshora
responder un alivio tolerante y, por consiguiente,
descuidar tú orgullo y asesinar la cavidad de mi espíritu.

La soledad con nosotros casi siempre como gemela de nacimiento, nos persigue incluso a los altares más insospechados, donde nadie es capaz de acompañarte. Te dejo mí cordial abrazo y aprecio a tu obra.


Llombart.

Gracias Nimaos, un apreciado saludo.

Me gusta mucho, por su naturalidad. Parece que uno pudiera hablarse a sí mismo de este modo, de esta manera de estar al límite que sólo facultan las palabras y la soledad. Es una relación muy hermosa la que hay entre ambas, porque siempre engendran un tú al que no puede accederse con los sentidos. Es entonces que el lenguaje se envalentona, usa el ángel, que es siempre un imperativo, al revés que el demonio, que evita siempre éste modo( entiéndeme en sentido figurativo, por favor ) y deja, como las abejas, el camino de un aguiijón que se desprende de su muerte. Éso puede ser un poema. Un placer, Dani. Abrazos.

Gracias Bruno, un placer de que te haya gustado. Un abrazo.

Es la primera vez que te leo. Verso largo, fuerte, digno. Que seas bienvenido a este foro. Tu poesía pide seguimiento, y así lo haremos.

Un abrazo

Gracias amigo, un fuerte abrazo.