"capacidad funcional baja"
Publicado: Sab, 15 Mar 2014 2:02
Cansado.
Hasta la palabra se me hace larga.
No puedo echarle la culpa al terremoto. El Krakatoa se niega a erupcionar antes del verano y las arenas movedizas comen a deshoras.
Cansado.
Cincuenta años y seis pastillas al día.
Menos una que siempre se me olvida.
La ignoro quizá por su combinación de colores, fucsia y azul. Horrible.Estoy pensando escribir a la empresa farmacéutica, proponerles que las encapsulen en verde, o en naranja, como la bandera de México o Irlanda.
Querría pasear esta tarde por una playa cualquiera del Condado de Down.
En realidad de Irlanda únicamente conozco los carteles de una agencia de viajes yendo a mi trabajo.
Era un ejemplo.
Caminaría muy abrigado, silbando como en el tango. Que se me empape el pelo hasta la neumonía.
Sería bonito.Pasear en línea recta durante cincuenta años más por una acera de cemento que orille un río con media docena de patos disconformes. Irreverentes.
Cansado.
Molesto tras leer el noventa por ciento de las cosas que nunca termino de leer.
Furioso por el diez por ciento de las páginas que omito.
Crítico hasta intoxicarme.
La sensiblería es una pandemia.
En televisión un individuo putea a una anaconda.
Dos adolescentes musculados sollozan.
Un semicírculo de politólogos manotean, se les caen los folios alsuelo. Tosen.
Cansado.
Transpirándome la espalda tras subir los cinco pisos por la escalera.
Aunque ya sabía que llegar hasta aquí iba a ser extraño.Que el Sahara limita con lo que a él le da la gana. No me imaginaba tantas granjas avícolas abiertas de madrugada.
Interruptores que no dan paso a la luz.
Cavernas sin oso.
Cansado.
Como si jamás hubiese dormido.
Hipertenso e impío.
Sobrecargado de cosas trascendentes que no digo ni sé cómo decir a estas alturas.
Y me espera otro tanto. Joder...
Abro una lata de atún y me salpica una ola.
Cansado, eso.
Hasta la palabra se me hace larga.
No puedo echarle la culpa al terremoto. El Krakatoa se niega a erupcionar antes del verano y las arenas movedizas comen a deshoras.
Cansado.
Cincuenta años y seis pastillas al día.
Menos una que siempre se me olvida.
La ignoro quizá por su combinación de colores, fucsia y azul. Horrible.Estoy pensando escribir a la empresa farmacéutica, proponerles que las encapsulen en verde, o en naranja, como la bandera de México o Irlanda.
Querría pasear esta tarde por una playa cualquiera del Condado de Down.
En realidad de Irlanda únicamente conozco los carteles de una agencia de viajes yendo a mi trabajo.
Era un ejemplo.
Caminaría muy abrigado, silbando como en el tango. Que se me empape el pelo hasta la neumonía.
Sería bonito.Pasear en línea recta durante cincuenta años más por una acera de cemento que orille un río con media docena de patos disconformes. Irreverentes.
Cansado.
Molesto tras leer el noventa por ciento de las cosas que nunca termino de leer.
Furioso por el diez por ciento de las páginas que omito.
Crítico hasta intoxicarme.
La sensiblería es una pandemia.
En televisión un individuo putea a una anaconda.
Dos adolescentes musculados sollozan.
Un semicírculo de politólogos manotean, se les caen los folios alsuelo. Tosen.
Cansado.
Transpirándome la espalda tras subir los cinco pisos por la escalera.
Aunque ya sabía que llegar hasta aquí iba a ser extraño.Que el Sahara limita con lo que a él le da la gana. No me imaginaba tantas granjas avícolas abiertas de madrugada.
Interruptores que no dan paso a la luz.
Cavernas sin oso.
Cansado.
Como si jamás hubiese dormido.
Hipertenso e impío.
Sobrecargado de cosas trascendentes que no digo ni sé cómo decir a estas alturas.
Y me espera otro tanto. Joder...
Abro una lata de atún y me salpica una ola.
Cansado, eso.