Ultrasonidos
Publicado: Dom, 27 Abr 2008 14:18
“Tiqui-tiqui-tiqui-tiqui-tiqui-tiqui...”
Ese es el sonido que hacen las moscas follando en las cortinas.
Cero coma cero cero cero uno cero cero uno cero tres decibelios de pasión desenfrenada al trasluz
de esta noche de abril número un millón setenta y dos sin ella.
Se llamaba Lucía y siempre dije que eran muy pocas letras para tanta mujer.
Pienso en Lucía con los ojos cerrados
porque abiertos
sólo veo las huellas de sus dedos sobre el polvo de los muebles.
Entonces lloro como mi amigo Alfredo,
-que era una maricona desmedida y sin modales-
y me parto como un palito seco.
Por eso hay palomitas de maíz por todo el suelo de la casa.
Porque soy magma.
Ah...no sé... será que the station of the loves il est arrivé al mio cuore
y como hoy todas las canciones de amor me parecen una mierda
prefiero que sea el coro del ejército ruso cantando Los remeros del Volga quien
ponga banda sonora a este momento
de ebullición.
Dormíamos en pelotas; pero con calcetines
y el amor era un grillo debajo de la cama
y a la luz de las velas las sombras chinescas de las manos,
insectos ciegos
que se decían te quiero en Braille.
La última vez que abrió la boca dijo:
“Estoy segura de que el cielo
es un kiosco de golosinas”
Luego
y aunque no la solté de la mano en todo el tiempo
se murió igual a las cuatro de la tarde.
“Pum-pum”
“Pum-pum”
“Pum-pum”
A ciento ochenta y seis mil megahercios
mi corazón microondas escupe palomitas de maíz sobre una foto en blanco y negro
de Lucía comiendo caramelos de fresa.
Ese es el sonido que hacen las moscas follando en las cortinas.
Cero coma cero cero cero uno cero cero uno cero tres decibelios de pasión desenfrenada al trasluz
de esta noche de abril número un millón setenta y dos sin ella.
Se llamaba Lucía y siempre dije que eran muy pocas letras para tanta mujer.
Pienso en Lucía con los ojos cerrados
porque abiertos
sólo veo las huellas de sus dedos sobre el polvo de los muebles.
Entonces lloro como mi amigo Alfredo,
-que era una maricona desmedida y sin modales-
y me parto como un palito seco.
Por eso hay palomitas de maíz por todo el suelo de la casa.
Porque soy magma.
Ah...no sé... será que the station of the loves il est arrivé al mio cuore
y como hoy todas las canciones de amor me parecen una mierda
prefiero que sea el coro del ejército ruso cantando Los remeros del Volga quien
ponga banda sonora a este momento
de ebullición.
Dormíamos en pelotas; pero con calcetines
y el amor era un grillo debajo de la cama
y a la luz de las velas las sombras chinescas de las manos,
insectos ciegos
que se decían te quiero en Braille.
La última vez que abrió la boca dijo:
“Estoy segura de que el cielo
es un kiosco de golosinas”
Luego
y aunque no la solté de la mano en todo el tiempo
se murió igual a las cuatro de la tarde.
“Pum-pum”
“Pum-pum”
“Pum-pum”
A ciento ochenta y seis mil megahercios
mi corazón microondas escupe palomitas de maíz sobre una foto en blanco y negro
de Lucía comiendo caramelos de fresa.