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Aquel niño enfermo (EB)
Publicado: Mar, 11 Mar 2014 20:14
por Ramón Carballal
Arrebujado entre las sábanas descubro el lento
paso del día. Es la enfermedad una dimensión
desconocida donde la piel sudorosa derrama
las lágrimas del sueño. Voces sin nombre percuten
como látigos en la conciencia desnuda, las imágenes
ociosas convierten el mecanismo de los relojes
en pasos de fantasma. Cada poco el beso de la madre,
las palabras conciliadoras como un bálsamo frío
y ese olor ocre que va poblando de ecos las paredes
de la habitación sombría. En mis manos un libro de hojas finas
me lleva a la aventura hacia un lugar y un mundo inexistentes.
Vendrá a mi la salud con su capa mágica, pero yo ya seré otro.
Regresará el tiempo a ser ese tiempo hostil y cotidiano
que tanto nos perturba y yo desearé la caricia de la fiebre,
con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Re: Aquel niño enfermo
Publicado: Mar, 11 Mar 2014 22:45
por Gabriel Vidal
Ramón Carballal escribió:Arrebujado entre las sábanas descubro el lento
paso del día. Es la enfermedad una dimensión
desconocida donde la piel sudorosa derrama
las lágrimas del sueño. Voces sin nombre percuten
como látigos en la conciencia desnuda, las imágenes
ociosas convierten el mecanismo de los relojes
en pasos de fantasma. Cada poco el beso de la madre,
las palabras conciliadoras como un bálsamo frío
y ese olor ocre que va poblando de ecos las paredes
de la habitación sombría. En mis manos un libro de hojas finas
me lleva a la aventura hacia un lugar y un mundo inexistentes.
Vendrá a mi la salud con su capa mágica, pero yo ya seré otro.
Regresará el tiempo a ser ese tiempo hostil y cotidiano
que tanto nos perturba y yo desearé la caricia de la fiebre,
con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Hola Ramón
Tu poema me ha recordado, un tiempo de mi infancia que enfermo y con fiebre, frente a un espejo desperté al verme. Los días de lecturas, de mimos. Me hiciste anhelar
la caricia de la fiebre, con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Hermoso poema. Un abrazo.
Publicado: Mié, 12 Mar 2014 0:38
por Manuel Alonso
Hermosos versos Ramón, las cuatro paredes de la enfermedad, la infancia, los libros, me ha gustado amigo, un placer y un saludo.
re: Aquel niño enfermo
Publicado: Mié, 12 Mar 2014 11:58
por Pilar Morte
Siempre deseamos volver al refugio y caricias, a esa hora silenciosa de la lectura, y sentirse
envuelto en sábanas limpias y cuidado siempre es grato.
Un poema hermoso y limpio.
Besos
Pilar
Publicado: Mié, 12 Mar 2014 20:01
por Guillermo Cumar.
El placer de la lectura acompasa la memoria, los recuerdos, las nostalgias.
Además se hace real cuando uno llega a tu poema y consiente en darse una
satisfacción.
un abrazo
Re: Aquel niño enfermo
Publicado: Jue, 13 Mar 2014 12:40
por Minona McEwen
Ramón Carballal escribió:Arrebujado entre las sábanas descubro el lento
paso del día. Es la enfermedad una dimensión
desconocida donde la piel sudorosa derrama
las lágrimas del sueño. Voces sin nombre percuten
como látigos en la conciencia desnuda, las imágenes
ociosas convierten el mecanismo de los relojes
en pasos de fantasma. Cada poco el beso de la madre,
las palabras conciliadoras como un bálsamo frío
y ese olor ocre que va poblando de ecos las paredes
de la habitación sombría. En mis manos un libro de hojas finas
me lleva a la aventura hacia un lugar y un mundo inexistentes.
Vendrá a mi la salud con su capa mágica, pero yo ya seré otro.
Regresará el tiempo a ser ese tiempo hostil y cotidiano
que tanto nos perturba y yo desearé la caricia de la fiebre,
con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Tu poema nos recuerda, creo, a todos cuando éramos niños y estábamos enfermos. Se puede oler.
Publicado: Jue, 13 Mar 2014 21:38
por Carmen López
Me ha gustado mucho, Ramón, nos has trasladado a un lugar en la niñez que todos recordamos, el beso de la madre...no se olvida. Un placer leerte.
Unha aperta.
Carmen
re: Aquel niño enfermo
Publicado: Vie, 14 Mar 2014 9:17
por Sandra Gª Garrido
Sin palabras, cuando la emoción y el sentimiento se anudan en los ojos
Un abrazo
Re: Aquel niño enfermo
Publicado: Vie, 14 Mar 2014 18:32
por Ramón Carballal
Gabriel Vidal escribió:Ramón Carballal escribió:Arrebujado entre las sábanas descubro el lento
paso del día. Es la enfermedad una dimensión
desconocida donde la piel sudorosa derrama
las lágrimas del sueño. Voces sin nombre percuten
como látigos en la conciencia desnuda, las imágenes
ociosas convierten el mecanismo de los relojes
en pasos de fantasma. Cada poco el beso de la madre,
las palabras conciliadoras como un bálsamo frío
y ese olor ocre que va poblando de ecos las paredes
de la habitación sombría. En mis manos un libro de hojas finas
me lleva a la aventura hacia un lugar y un mundo inexistentes.
Vendrá a mi la salud con su capa mágica, pero yo ya seré otro.
Regresará el tiempo a ser ese tiempo hostil y cotidiano
que tanto nos perturba y yo desearé la caricia de la fiebre,
con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Hola, Gabriel. Fui un niño bastante enfermizo, como antes no habia demasiadas distracciones durante la convalecencia me dedicaba a leer. Supongo que de ahi viene mi afición a la lectura. Gracias por comentar y me alegra que el poema te haya despertado recuerdos. Un abrazo.
Hola Ramón
Tu poema me ha recordado, un tiempo de mi infancia que enfermo y con fiebre, frente a un espejo desperté al verme. Los días de lecturas, de mimos. Me hiciste anhelar
la caricia de la fiebre, con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Hermoso poema. Un abrazo.
Publicado: Sab, 15 Mar 2014 0:01
por Bruno Laja
Qué grande. La fiebre de cuando niño no forma parte de la enfermedad, cuando uno es adulto sí, es un síntoma ligado a la misma. Cuando se es niño es todavía una puerta entreabierta, un camino que se sostiene a partir de un libro, de un libro como objeto, porque el niño lo lleva todo en el ojo, y alrededor de él todo la carne se disuelve, y puede salir a jugar por ahí, y jugar es lo mismo que ser, y no le hace temblar el calor, sino el mismo fuego del hogar que si lo recibiera todavía podría llamar al niño pródigo, que en ese momento se acerca, como al revés del viejo, que ha de caminar un poco más para volver, que ha de acercarse, lentamente, para llamar pródigo al hogar. Sí, me ha encantado, Ramón. Abrazos.
Publicado: Sab, 15 Mar 2014 13:14
por Ramón Carballal
Manuel Alonso escribió:Hermosos versos Ramón, las cuatro paredes de la enfermedad, la infancia, los libros, me ha gustado amigo, un placer y un saludo.
Gracias,Manuel, por tu lectura y amable comentario. Un abrazo.
Re: re: Aquel niño enfermo
Publicado: Sab, 15 Mar 2014 13:15
por Ramón Carballal
Pilar Morte escribió:Siempre deseamos volver al refugio y caricias, a esa hora silenciosa de la lectura, y sentirse
envuelto en sábanas limpias y cuidado siempre es grato.
Un poema hermoso y limpio.
Besos
Pilar
Muchas gracias, Pilar, por leerme y comentar. Un beso.
Publicado: Mié, 19 Mar 2014 18:59
por Ramón Carballal
Guillermo Cuesta escribió:El placer de la lectura acompasa la memoria, los recuerdos, las nostalgias.
Además se hace real cuando uno llega a tu poema y consiente en darse una
satisfacción.
un abrazo
Muchas gracias, Guillermo, por leerme y comentar. Un abrazo.
Re: Aquel niño enfermo
Publicado: Mié, 19 Mar 2014 19:26
por Roberto López
[quote="Ramón Carballal"][
Me temo que aquellas fiebres no volverán, amigo Ramón, pero sí que he regresado, con tu lectura, a aquellos años y he evocado caricias que tampoco volverán.
Un abrazo.
Re: Aquel niño enfermo
Publicado: Sab, 29 Mar 2014 13:58
por Ramón Carballal
Minona McEwen escribió:Ramón Carballal escribió:Arrebujado entre las sábanas descubro el lento
paso del día. Es la enfermedad una dimensión
desconocida donde la piel sudorosa derrama
las lágrimas del sueño. Voces sin nombre percuten
como látigos en la conciencia desnuda, las imágenes
ociosas convierten el mecanismo de los relojes
en pasos de fantasma. Cada poco el beso de la madre,
las palabras conciliadoras como un bálsamo frío
y ese olor ocre que va poblando de ecos las paredes
de la habitación sombría. En mis manos un libro de hojas finas
me lleva a la aventura hacia un lugar y un mundo inexistentes.
Vendrá a mi la salud con su capa mágica, pero yo ya seré otro.
Regresará el tiempo a ser ese tiempo hostil y cotidiano
que tanto nos perturba y yo desearé la caricia de la fiebre,
con su ola de vértigo y sus héroes traslúcidos.
Tu poema nos recuerda, creo, a todos cuando éramos niños y estábamos enfermos. Se puede oler.
Gracias, Margarita, por leerme y comentar. Un abrazo.