Editorial Alaire

Todose quemaen el verde de las horasde este otoño,en el humo de tu peloque es el marde mi soledad.Todose quema,ardeyse pierde…Ven,
salta en mi pecho
roto:



ves lo profundo demi herida;como ladran los perros
a la luna depravada
de febrero,




como siguen los niÑosen este país de andrajospidiendo moneditas en la calle,como vuelan las gaviotas
de un blanco
adormecido



hacia un cielo viejode nostalgias.Hay fuego
sobre las casas
de mi barrio,sobrelos autos de mi barrio;en las gentes de mi barrio


que pasan por la puerta de mi casa
con su corazón helado.

Todo ardey se quemay se pierdeinevitablemente;
pero tu mano
me salva;
así
la tormenta
pasa con sus cuervos negros.


A. S

Hola amigo, es un poema muy bello, me ha gustado mucho, es un placer, un abrazo.

Gustavo Cavicchia escribió:
Todose quemaen el verde de las horasde este otoño,en el humo de tu peloque es el marde mi soledad.Todose quema,ardeyse pierde…Ven,
salta en mi pecho
roto:



ves lo profundo demi herida;como ladran los perros
a la luna depravada
de febrero,




como siguen los niÑosen este país de andrajospidiendo moneditas en la calle,como vuelan las gaviotas
de un blanco
adormecido



hacia un cielo viejode nostalgias.Hay fuego
sobre las casas
de mi barrio,sobrelos autos de mi barrio;en las gentes de mi barrio

que pasan por la puerta de mi casa
con su corazón helado.

Todo ardey se quemay se pierdeinevitablemente;










pero tu mano
me salva;
así
la tormenta
pasa con sus cuervos negros.


A. S

Gustavo, que alegria amigo volver a leerte. Abrazos, ERA

como ladran los perros
a la luna depravada
de febrero,




como siguen los niÑos
en este país de andrajos
pidiendo moneditas en la calle,




Me gusta no sólo el esperanto de tu magnifica tribuna, pero el sentido radial, su nivel de romanticismo hasta la denuncia social por la citación del paisaje urbano y con ello su alegoría de lo inmediato. Te releo con sincero aprecio, poeta.

Un fuerte abrazo.

O. Llombart.

Gustavo Cavicchia escribió:
Todose quemaen el verde de las horasde este otoño,en el humo de tu peloque es el marde mi soledad.Todose quema,ardeyse pierde…Ven,
salta en mi pecho
roto:



ves lo profundo demi herida;como ladran los perros
a la luna depravada
de febrero,




como siguen los niÑosen este país de andrajospidiendo moneditas en la calle,como vuelan las gaviotas
de un blanco
adormecido



hacia un cielo viejode nostalgias.Hay fuego
sobre las casas
de mi barrio,sobrelos autos de mi barrio;en las gentes de mi barrio

que pasan por la puerta de mi casa
con su corazón helado.

Todo ardey se quemay se pierdeinevitablemente;
pero tu mano
me salva;
así
la tormenta
pasa con sus cuervos negros.


A. S

Todo emoción y poesía fuerte; una alegría enorme volver a leerte, Gustavo.

Abrazos y felicidad.

Manuel Alonso escribió:Hola amigo, es un poema muy bello, me ha gustado mucho, es un placer, un abrazo.

Gracias. Otro abrazo para vos desde Mendoza.

Gustavo me gusta el poema que has escrito por su originalidad y su ineteresante y sugerente mensaje

saludos

rafael