ME QUEDARÉ CONTIGO
Publicado: Mar, 25 Feb 2014 14:04
No decir,
buscar un dios en otra orilla,
dejar escrito cada instante
y volver mañana a recibir la aurora
como si cada hora fuera un mundo diferente.
No mirar,
cruzar el puente del destino
y atreverse a ser la voz
del deseo moral y reprimido
que ha vivido apenas una vida,
tratando de volver dormido en las miradas
de aquellos que han querido ser palabra en mi palabra,
y deseo en cada cuerpo recorrido.
No escuchar,
gritar que no he mentido
cuando he escrito que amé y me han amado,
cuando he hablado de cuerpos y de almas,
y de sentidos,
cuando he dicho que tuve pensamientos
sin nombre ni apellidos,
que he aprendido a imaginar lo imaginable,
por si alguna de mis voces llegara a su destino
y una mirada soñara
ser parte de esta nada que nació poema,
para morir testigo en el andén de una alcoba,
donde el tren de la lascivia se llenara de equipajes
con destino a la mañana,
sin paradas,
sin retorno.
No dejar,
perder la boca en cada verso,
amar por los que no supieron
y mostrar el mundo a los sin sueños,
a aquellos que pasaron de puntillas
por el grito de un desnudo
y un humedal prohibido.
Si has sentido que estas en mi poesía,
quédate a dormir entre estos labios
que tanto te han hablado,
no temas,
bailando al son de tus latidos,
colgado de mis manos…
me quedaré contigo.
buscar un dios en otra orilla,
dejar escrito cada instante
y volver mañana a recibir la aurora
como si cada hora fuera un mundo diferente.
No mirar,
cruzar el puente del destino
y atreverse a ser la voz
del deseo moral y reprimido
que ha vivido apenas una vida,
tratando de volver dormido en las miradas
de aquellos que han querido ser palabra en mi palabra,
y deseo en cada cuerpo recorrido.
No escuchar,
gritar que no he mentido
cuando he escrito que amé y me han amado,
cuando he hablado de cuerpos y de almas,
y de sentidos,
cuando he dicho que tuve pensamientos
sin nombre ni apellidos,
que he aprendido a imaginar lo imaginable,
por si alguna de mis voces llegara a su destino
y una mirada soñara
ser parte de esta nada que nació poema,
para morir testigo en el andén de una alcoba,
donde el tren de la lascivia se llenara de equipajes
con destino a la mañana,
sin paradas,
sin retorno.
No dejar,
perder la boca en cada verso,
amar por los que no supieron
y mostrar el mundo a los sin sueños,
a aquellos que pasaron de puntillas
por el grito de un desnudo
y un humedal prohibido.
Si has sentido que estas en mi poesía,
quédate a dormir entre estos labios
que tanto te han hablado,
no temas,
bailando al son de tus latidos,
colgado de mis manos…
me quedaré contigo.