El Día del Libro y la memoria del amigo

[Julio Gonzalez Alonso]

Luís Pastrana, Cronista Oficial de León y El Día del Libro


El Día del Libro nos acerca, a través de las páginas escritas, a sus hacedores, esas personas abnegadas en el trabajo de las palabras que llamamos escritores.

Los escritores son, se me antoja, hermosos troncos que sujetan y multiplican en las hojas de sus ramas el oxígeno que enriquece el aire que respiramos. Son vida.

Los árboles nos dan vida, también, con su sombra. Cuando desaparecen los árboles, desaparece la sombra, y un hueco con luz extraña se abre en torno de lo que fue el espacio que ocuparon sus troncos y la frondosidad de sus ramas; desaparece el rumor del aire y nos sobrecoge una indescriptible sensación de orfandad. En invierno nos traen sombras grises de agua y frío desprendidas de las ramas sin hojas. En verano, la rotundidad de un sol vencido en las copas verdes. En la primavera, sombra fresca de tallos nuevos y lluvias. Otoño es sombra larga envuelta en colores que se van haciendo lentamente para volar al suelo.

Sin luz no hay sombra; sin árboles no hay sombra buena, que es, incluso, la sombra de otra sombra mayor que es la noche.

De sombras buenas viven las personas buenas; que luego están las malas sombras, sombras hechas con los mordiscos que da la vida...


Luís Pastrana, a través de lo que fue su vida y de lo que es su obra, continúa siéndonos necesario y dador de vida, de buena sombra, cuando con la discreción e intuición que le caracterizaban apuntaba la denuncia, a veces la protesta, a través de los datos ofrecidos en sus trabajos, que acaban siendo retrato y reivindicación de nuestra condición de leoneses, porque "antes hubo mucho de olvido y todo de abandono" (dice de forma directa al hablar de Peñalba, Montes y Compludo-1987) y así, pienso, ahora como entonces que "el camino es una senda para la aventura y las galochas".

En gran medida ese olvido y abandono convierte el tránsito por nuestra realidad en una aventura no exenta de riesgos, siendo el mayor y más grave aquel que desdibuja nuestra memoria de tanto mirar sin ver y oír sin escuchar. Y es que Luís Pastrana se dedicó en gran parte a la tarea de ver y escuchar para alimentar la memoria que nos hace fértiles como ciudadanos de un país que proclamaba a sus reyes al grito de ¡León, León, León y todo su Reíno...!(Políticas Ceremonias, pag.183) desde los balcones del Ayuntamiento y ante el pueblo.

El Día del Libro nos abre las páginas de la vida en cada obra de cada escritor. Y en León, tenemos si no muchos, sí buenos escritores; y, algunos, muy buenos. Y con todos ellos tenemos contraída una deuda de gratitud con los que -y especialmente con Luís Pastrana- dificilmente podremos saldar, aunque podemos intentar devolverles un poco de cuanto nos dan, simplemente leyéndolos, acogiéndonos a su siempre generosa oferta.

Necesitamos los libros. Necesitamos a los escritores. Buscamos la protección de la sombra y encontramos la generosidad de los árboles, de las personas que nos tienden los brazos y nos acogen y dan un descanso a nuestro camino. Luís Pastrana, Cronista Oficial de León, fue una de estas personas. Lo sigue siendo. Es la buena sombra.

[Julio Gonzalez Alonso]

Al año siguiente de la muerte de mi amigo Luís Pastrana quise recordarle en el día especial del 23 de abril, Día del Libro, y escribí este pequeño texto que se publicó en la edición en papel del Diario de León. Hoy lo traigo aquí de nuevo, a este rincón de la poesía y la palabra, como renovado homenaje al amigo con quien tanto pude compartir, sobre todo su confianza, amistad desinteresada y alegría. Para siempre quedaron grabados en la memoria hermosos días de León en los que me descubría sus secretos e historias con la pasión de quien ama las cosas; atrás quedan las horas de charla y siempre las gracias por el detalle de tener, sin olvido, preparado en cada ocasión el último de sus libros publicados para ofrecérmelo como regalo; libros que leía con fervor y de los que sacaba provecho utilizándolos en mis recorridos por tierras leonesas de la provincia o recorriendo sus páginas amenas de relatos, descripciones y anécdotas. Libros que siempre tengo presente y a los que acudo a menudo. Vaya un estrecho abrazo, amigo Luis, allá donde te encuentres, con el afecto que nada ni nadie, sabes, puede arrebatarme.
Salud.

[Hallie Hernández Alfaro]

Un hermoso tributo a la vida entre páginas, a la amistad, a esa intrínseca devoción por la existencia literaria...

Enhorabuena y mi abrazo para ti, Julio.

Hallie

[Julio Gonzalez Alonso]

Gracias, amiga Hallie. La amistad, esa peculiar forma de acercarnos los humanos, tal vez sea -como el amor- lo único que merezca la pena, aún después de la muerte. Con un abrazo.
Salud.

[Hallie Hernández Alfaro]

Sube para deleite de todos.

[Julio Gonzalez Alonso]

Sube para deleite de todos.

Muy agradecido, amiga Hallie. La evocación de la amistad y los buenos momentos vividos que perduran en la memoria y el alma, traídos hoy, en el Día del Libro, lo hace todo más entrañable.
Salud.

[Óscar Distéfano]

Tu texto va dirigido a una persona en particular, pero se me ocurre que es universal. Este señor, Luis Pastrana, a quien con tanto respeto y fervor lo recuerdas, es un símbolo de los incontables escritores que han llevado (y llevan) esa vida abnegada y ejemplar.
La alegoría del árbol la has desarrollado con gran acierto. Se lee con placer. Un gran homenaje, por cierto.

Un abrazo, compañero.
Óscar

[Raul Muñoz]

Emocionante Julio, este canto a la amistad y las letras. Disfrute a la sombra de tus letras, amigo.

Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Tu texto va dirigido a una persona en particular, pero se me ocurre que es universal. Este señor, Luis Pastrana, a quien con tanto respeto y fervor lo recuerdas, es un símbolo de los incontables escritores que han llevado (y llevan) esa vida abnegada y ejemplar.
La alegoría del árbol la has desarrollado con gran acierto. Se lee con placer. Un gran homenaje, por cierto.

Un abrazo, compañero.
Óscar

Así es como veo a mi amigo Luis Pastrana, representando a los escritores y a los escritores como esos árboles frondosos y llenos de generosidad que nos hacen la vida más apetecible. Gracias por tu abrazo y las palabras que me dejas, Óscar.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Emocionante Julio, este canto a la amistad y las letras. Disfrute a la sombra de tus letras, amigo.

Un abrazo.

Gracias, Raúl. Los amigos son tan escasos que duele perder uno. Lo sigo sintiendo. Un abrazo.
Salud.

[Ventura Morón]

La memoria queda, las letras quedan. Quedan las sensaciones, el vínculo que no se marchita, el tiempo encapsulado que se compartió en silencio, el respeto, el gozo de conocerse y reconocerse en los demás.
Estos árboles que dibujas son eternos, como lo es el viento que los atraviesa, la secuencia de la vida que se regenera, el instante en el que de nuevo, amanece.
Precioso homenaje, a Pastrana, a los escritores, a los lectores, a las letras, y a la pasión de seguir narrando y escudriñando en el lenguaje.
Un abrazo amigo

[Julio Gonzalez Alonso]

La memoria queda, las letras quedan. Quedan las sensaciones, el vínculo que no se marchita, el tiempo encapsulado que se compartió en silencio, el respeto, el gozo de conocerse y reconocerse en los demás.
Estos árboles que dibujas son eternos, como lo es el viento que los atraviesa, la secuencia de la vida que se regenera, el instante en el que de nuevo, amanece.
Precioso homenaje, a Pastrana, a los escritores, a los lectores, a las letras, y a la pasión de seguir narrando y escudriñando en el lenguaje.
Un abrazo amigo

Poco o nada puedo añadir a tus bien trazadas palabras, Ventura. Has desmenuzado las intenciones del escrito y me alegra que lo consideres de utilidad a su fin. Muchas gracias con un abrazo.
Salud.