carta de despedida.
Publicado: Lun, 10 Feb 2014 23:17
Creo que ésta será mi última carta, digo creo porque sabes que mi seguridad no es una cosa absoluta y poseo la mente de una persona abierta.
Son muchos los años de nuestra correspondencia, que por otro lado nunca ha sido recíproca, siempre te he escrito yo, a pesar de que nuestra relación ha sido en muchos momentos de mi vida muy estrecha.
Te he dedicado tantos poemas que no podría contarlos, todos llevaban tu nombre, a veces aparecías entre mis versos para recordarme lo unidos que estábamos. En realidad, a veces pienso que nadie me conoce como tú, que tienes siempre justo la medida de mi vida, mi pulso.
Nadie como tú me ha hecho entender tan bien la poesía, hemos compartido tanta, tantas noches leyendo, tantas escribiendo a medias. Hemos compartido cama, lectura, escritura, noches de insomnio y un sin fin de lágrimas. Por momentos creo que fuiste lo más importante en mi vida, pienso incluso que a veces me olvidé de mí en el camino sólo por seguirte, era la amante perfecta, casi tu esclava.
Pero, todo llega a su fin, tú te encargaste de enseñarme que nada es perdurable, que la eternidad sólo es un sueño que sueñan los relojes. Ahora, también es tarde para ti, porque el cielo a veces también es consciente de su altura o quizás porque juego con una baraja en que las cartas están marcadas, sí, aunque sé que olvidarme te puede resultar muy fácil y si quieres esta misma noche estarás durmiendo en otro lecho que no es el mío.
Ya no te necesito, soy libre de ti y tú eres libre de mí. Mis ojos no derramaran una sola lágrima a tu partida, creo que me dejaste sin. Ahora que mi pecho es un alquiler de latidos te digo adiós...dolor.
Son muchos los años de nuestra correspondencia, que por otro lado nunca ha sido recíproca, siempre te he escrito yo, a pesar de que nuestra relación ha sido en muchos momentos de mi vida muy estrecha.
Te he dedicado tantos poemas que no podría contarlos, todos llevaban tu nombre, a veces aparecías entre mis versos para recordarme lo unidos que estábamos. En realidad, a veces pienso que nadie me conoce como tú, que tienes siempre justo la medida de mi vida, mi pulso.
Nadie como tú me ha hecho entender tan bien la poesía, hemos compartido tanta, tantas noches leyendo, tantas escribiendo a medias. Hemos compartido cama, lectura, escritura, noches de insomnio y un sin fin de lágrimas. Por momentos creo que fuiste lo más importante en mi vida, pienso incluso que a veces me olvidé de mí en el camino sólo por seguirte, era la amante perfecta, casi tu esclava.
Pero, todo llega a su fin, tú te encargaste de enseñarme que nada es perdurable, que la eternidad sólo es un sueño que sueñan los relojes. Ahora, también es tarde para ti, porque el cielo a veces también es consciente de su altura o quizás porque juego con una baraja en que las cartas están marcadas, sí, aunque sé que olvidarme te puede resultar muy fácil y si quieres esta misma noche estarás durmiendo en otro lecho que no es el mío.
Ya no te necesito, soy libre de ti y tú eres libre de mí. Mis ojos no derramaran una sola lágrima a tu partida, creo que me dejaste sin. Ahora que mi pecho es un alquiler de latidos te digo adiós...dolor.