Editorial Alaire

Te esperaré en la torre de vidrio.
Sabrás que soy yo por estos ojos de chica gótica
y por los robots que vigilarán la nieve.
Las branquias de alambre, amor, la imagen de una cadena de tanque
enterrada en los charcos, es todo lo que tenemos.

Yo moría sobre espaldas de hada -dijiste-
y el ocaso de tu cráneo
lanzaba sus faldas de prostituta exhausta
por la avenida de las palomas
como si los ecos de falso orgasmo
fueran el gesto reprimido de aquel niño
que ansiaba arrancar de su libro favorito
la pagina donde mueren los caballos.

Lo mío es nube de morfina,
un lugar donde la espera muestra su carácter de bestia
y los jabalíes devastan campos de maíz -dijiste con voz de vidrio-.

Te esperaré a las cumbres del suicidio
con mis arterias erguidas de adolescencia
para salvar lo que aún pueda ser salvado
de tus témpanos enfermos de adioses.

Creo, Marius, que utilizando una estética agresiva y un sabor de decadencia urbana desenfrenada has construido un poema desesperado, de amor en los límites que nos dejan estos días de corrección que hiere e incluso mata por no querer auxiliar. Me alegra, Marius, haber pasado por aquí, me has empapado con tu arriesgada propuesta poética y me ha dado la oportunidad de saludarte.

Un abrazo.

Enrique, muchas gracias, amigo por hacer sentida tu presencia que valor mucho. Pues sí, una estética agresiva, pero la intención fue de intentar diluir la agresividad existente, mezclar sangre con nieve, algo así. Muchos abrazos.

Buen poema , Marius, un monólogo con el que se intenta salvar algo de lo perdido. Un gusto pasar
Besos
Pilar

Un planteamiento original para un poema crudo que sobrevuela el ocaso de la desesperación y se interroga por las cenizas del amor perdido. Magnífico, querido amigo. Mi felicitación sincera. Abrazos y feliz fin de semana.

Con una excelentes metáforas, has construido un poema duro que vuela en la angustia por un amor lejano, tal vez. Me ha gustado mucho y te felicito mientras, provecho la oportunidad de enviarte un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles.

Como es habitual en tu poesía las imágenes son impactantes. Leer tus poemas es como atravesar una secreta dimensión. Enhorabuena y un abrazo.

La espera congela los espacios más tristes, hace territorio de frío insostenible, lastima, lastima sin remedio; entonces la poesía recoge los añicos y los embalsama en belleza, en una belleza que toca y permanece.

El vídeo suma; me ha encantado.

Abrazos y felices horas, querido amigo.

muchas veces me quedo, para poder decir algo de todo el hielo que me produce leerte en la tristeza, en la confesión que encarnan los comentarios. debo conseguir una distancia desde donde alguien ha opinado y tu permites desenvolver que has mezclado sangre y nieve para conseguir silencio, el silencio que existe después de un alud, el sol brilla allí, sobre los restos de haber hecho poesía. un abrazo muy muy grande

Marius es un poema magnífico, amigo, las palabars te atrapan y te enguyen, gracias, un abrazo.