Editorial Alaire

He aparcado la palabra culta,
-quizás nunca la tuve-

No puedo corregirlo, lloro por dentro
con cada transeúnte que me mira pidiendo piedad
y hablo en silencio su idioma de hombre desposeído.

Me duelen sus rodillas dobladas como un cilicio,
y siento rabia de la impotencia.

La gente me dice: pasa de largo.

Sé que existen caminos para la reconciliación
donde crecieron los frutos sobrantes.

No te detengas: hay lugar para el hambre
y ropas estrenadas,
de allí saldrán calzados y con el vientre callado.

Pero ¿Quién mide los cartones de la noche,
las lágrimas marchitas sobre ropa gastada?
¿Quién hace abrazo de su miedo?

Pasa de largo, me insisten,
no extiendas la limosna de tu mano
transformarán en vino su caudal.

Y qué pueden hacer, me digo,
para no recordar el frío de su cama
o en qué segundo los abandonó la vida.
Nadie les dijo que su casa cabría en una bolsa.

Sé que unos beberán,
obturarán el cráneo de olvido
y sabrán que conservan la sonrisa
mientras se vierten a la nada.

Excepcional poema, Pilar, para retratar una terrible realidad.

Un fuerte abrazo
Ana

Pilar Morte escribió:He aparcado la palabra culta,
-quizás nunca la tuve-

No puedo corregirlo, lloro por dentro
con cada transeúnte que me mira pidiendo piedad
y hablo en silencio su idioma de hombre desposeído.

Me duelen sus rodillas dobladas como un cilicio,
y siento rabia de la impotencia.

La gente me dice: pasa de largo.

Sé que existen caminos para la reconciliación
donde crecieron los frutos sobrantes.

No te detengas: hay lugar para el hambre
y ropas estrenadas,
de allí saldrán calzados y con el vientre callado.

Pero ¿Quién mide los cartones de la noche,
las lágrimas marchitas sobre ropa gastada?
¿Quién hace abrazo de su miedo?

Pasa de largo, me insisten,
no extiendas la limosna de tu mano
transformarán en vino su caudal.

Y qué pueden hacer, me digo,
para no recordar donde vivieron
o en qué segundo los abandonó la vida.
Nadie les dijo que su casa cabría en una bolsa.

Sé que unos beberán,
obturarán el cráneo de olvido
y sabrán que conservan la sonrisa
mientras se vierten a la nada.

Pilar concuerdo con Ana. La situación es universal - así el poema - con algunos versos que movilizan profundamente, más allá de lo puntual de su referencia.
Una persona que conocí, decía que si le pedían para el vino, él les daba, porque ya bastante tenían con la pobreza, me lo hiciste recordar.
Abrazos muchos, Luna.-

Me ha gustado mucho. Es un poema con alma, con numerosas cualidades, una mano que toca la carne sensible, un gusto de lectura.
Un fuerte abrazo.

Es cierto lo que dice Manuel; una se siente en buenas manos con la sensibilidad de tus letras. Mendigos o samaritanos, un revés en el destino y todos podemos cambiar de polo en la rueda de la fortuna.
Universal, bien armado, interesante.

Aplausos y enhorabuenas, admirada poeta.

Beso grande.

Una mirad directa y sin ningún complejo a la cara roida de la miseria. No hacen falta palabras cultas.

Bicos, querida amiga.

Ana Muela Sopeña escribió:Excepcional poema, Pilar, para retratar una terrible realidad.

Un fuerte abrazo
Ana

Gracias, Ana, a mí también me gustan tus poemas de corte social
Besos
Pilar

Hola Pilar, un placer otra vez leer tus poemas, éste en particular me ha gustado mucho, el quién hace abrazo de su miedo, me parece un verso muy acertado y preciso, agradezco compartas tus poemas, amiga, un beso.

Dejaron de caer en gracia para el consumo limpio. Tú los revalorizas y les das
un cartón de poesía dónde ellos beben sin beber durmiendo a la intemperie.

De todas formas, amiga, no es lo mismo un hombre que un pobre hombre.
De esos también hay muchos.

un abrazo

Pilar. Enorme poema. Sentí pena, por las veces que he mirado insensible las penas de los menos tienen. Pensaré en ti, muchas veces. Abrazos.

Luna de Nos escribió:

Pilar Morte escribió:He aparcado la palabra culta,
-quizás nunca la tuve-

No puedo corregirlo, lloro por dentro
con cada transeúnte que me mira pidiendo piedad
y hablo en silencio su idioma de hombre desposeído.

Me duelen sus rodillas dobladas como un cilicio,
y siento rabia de la impotencia.

La gente me dice: pasa de largo.

Sé que existen caminos para la reconciliación
donde crecieron los frutos sobrantes.

No te detengas: hay lugar para el hambre
y ropas estrenadas,
de allí saldrán calzados y con el vientre callado.

Pero ¿Quién mide los cartones de la noche,
las lágrimas marchitas sobre ropa gastada?
¿Quién hace abrazo de su miedo?

Pasa de largo, me insisten,
no extiendas la limosna de tu mano
transformarán en vino su caudal.

Y qué pueden hacer, me digo,
para no recordar donde vivieron
o en qué segundo los abandonó la vida.
Nadie les dijo que su casa cabría en una bolsa.

Sé que unos beberán,
obturarán el cráneo de olvido
y sabrán que conservan la sonrisa
mientras se vierten a la nada.

Pilar concuerdo con Ana. La situación es universal - así el poema - con algunos versos que movilizan profundamente, más allá de lo puntual de su referencia.
Una persona que conocí, decía que si le pedían para el vino, él les daba, porque ya bastante tenían con la pobreza, me lo hiciste recordar.
Abrazos muchos, Luna.-

Gracias, Luna, por la compañía a estos versos
Abrazos
Pilar

Manuel Sánchez escribió:Me ha gustado mucho. Es un poema con alma, con numerosas cualidades, una mano que toca la carne sensible, un gusto de lectura.
Un fuerte abrazo.

Gracias, Manuel, me alegra que me visites y dejes tu valiosa palabra
Besos
Pilar

Pilar,

Un poema sobrecogedor, que toca el alma, en el que el fondo se impone con crudeza.

Un abrazo.

Ángel

Hallie Hernández Alfaro escribió:Es cierto lo que dice Manuel; una se siente en buenas manos con la sensibilidad de tus letras. Mendigos o samaritanos, un revés en el destino y todos podemos cambiar de polo en la rueda de la fortuna.
Universal, bien armado, interesante.

Aplausos y enhorabuenas, admirada poeta.

Beso grande.

Gracias, mi querida Hallie, por tu estimada compañía
Besos
Pilar

Un poema intenso, Pilar, y necesario por su denuncia social y por la belleza estética de la composición. Me ha gustado mucho. Mi felicitación.

Recibe un abrazo, compañera, con mi sincero aplauso.
Felipe.