Desenfundada
Publicado: Jue, 23 Ene 2014 19:06
Se cansó de lidiar con profecías de humo.
Se cansó de prostituir su sangre más espesa
en los burdeles de la mediocridad.
Ayer despertó.
Abrió la endeble cortina de sus párpados,
desabotonó las rosas, las espinas
que ardían en su cuerpo
como un insobornable recordatorio de dolor
y, despojada de sus ropajes de ninfa
conjuró al corazón que tiembla
tras la mirada verde.
Mermó su oído el boomerang del eco
amplificado por el grito de pájaros oscuros,
y el violín que soñaba
con el aleph de la música
suicidó sus notas en la ictericia del silencio.
Quedó en carne viva el alma,
sin la trampa lumínica de un cielo invertebrado,
sin enjambres violetas donde ocultar su temblor,
sin miel que salivara unos labios obscenos
ni reinos que tejer
entre sus dedos trágicos.
Tan sólo ese vestido de ruina, de palabra
desposeída de sí,
depauperada, sola, clausurada
en la inmaculada cárcel del Aliento.
Se cansó de prostituir su sangre más espesa
en los burdeles de la mediocridad.
Ayer despertó.
Abrió la endeble cortina de sus párpados,
desabotonó las rosas, las espinas
que ardían en su cuerpo
como un insobornable recordatorio de dolor
y, despojada de sus ropajes de ninfa
conjuró al corazón que tiembla
tras la mirada verde.
Mermó su oído el boomerang del eco
amplificado por el grito de pájaros oscuros,
y el violín que soñaba
con el aleph de la música
suicidó sus notas en la ictericia del silencio.
Quedó en carne viva el alma,
sin la trampa lumínica de un cielo invertebrado,
sin enjambres violetas donde ocultar su temblor,
sin miel que salivara unos labios obscenos
ni reinos que tejer
entre sus dedos trágicos.
Tan sólo ese vestido de ruina, de palabra
desposeída de sí,
depauperada, sola, clausurada
en la inmaculada cárcel del Aliento.