Editorial Alaire

En mi útero hay un témpano de caballo
que se alimenta de amapolas rojas
para anestesiar los ecos de guerra.
Así que no hables, amor.
No cuando el hambre hace un pozo
de todas las palabras.
Deja que los estorninos picoteen las perpetuas cicatrices del yeso
en la crucifixión de madrugadas
y solamente abraza el disfraz de monotonía
que encubre de muerte a mi cuerpo.
En mi útero hay mandíbulas que roen la profunda seda de calambres
cuando me abrazas,
como si los cuellos negros del olvido
empezaran a relinchar,
como si las venas fueran crines de unicornio poseído por el fantasma del blues.
No hables mientras la palabra es la deformidad de lo nunca sentido.
Un dios extirpado
se extingue en la nieve de memoria.
Un dios-caballo muerde por última vez el césped de relámpagos
y desciende veloz
a los prados de lirio.

Bello poema e interesante post de Marius.

Impresionante todos los simbolismos que toman posesión de la mente lectora. Un lujo transitar este proceso de expulsión, de repliegue, de abstracciones hermosas.
Imparable las caballerizas que hacen volar tu poesía, querido amigo.
El vídeo ha sido una idea acertadísima.
Montones de aplausos y un abrazo fuerte.

¡Qué magnífica profusión de símbolos irracionales!, ¡qué catarata de lirismo encriptado en bellísimas metáforas! El poema está repleto de evocaciones que excitan la mente y el corazón. Polisemia audaz que remite la emoción a la desnudez de la palabra.
Fuen un placer leerlo, Marius.
Abrazos.
Jerónimo

Me han dejado tocada las imágenes que nos envían a ese pozo de palabras de un tema que tocas con maestría. Un lujo tenerte cerca
Besos
Pilar

Marius, esa sensibilidad que dibujan tus poemas hasta hacerlos brotar de un corazón en el que crecen lirios...hermoso, muy hermoso, amigo.

Un fuerte abrazo.

Carmen

Unas imágenes impactantes para reflexionar sobre una realidad candente.

Felicitaciones, Marius
Ana

Es imposible destacar algún verso en esta lluvia incesante y genial de metáforas que pueblan los mágicos territorios de tus versos, amigo. Un deleite transitar por ellos. Abrazos.

Marius amigo, un poema magnífico, te felicito, un abrazo.

como siempre, Marius, entrar en tus poemas esdescubrir y seguir por
el surrealismo puro y profundo que enfoca el sentir con el lirismo para
dar vida a un escabroso y delirante tema.

un abrazo

Siempre me admira tu capacidad para crear imagenes que impactan. Una vez más he disfrutado con la lectura de tu poema. Un abrazo.

Marius Gabureanu escribió:


En mi útero hay un témpano de caballo
que se alimenta de amapolas rojas
para anestesiar los ecos de guerra.
Así que no hables, amor.
No cuando el hambre hace un pozo
de todas las palabras.
Deja que los estorninos picoteen las perpetuas cicatrices del yeso
en la crucifixión de madrugadas
y solamente abraza el disfraz de monotonía
que encubre de muerte a mi cuerpo.
En mi útero hay mandíbulas que roen la profunda seda de calambres
cuando me abrazas,
como si los cuellos negros del olvido
empezaran a relinchar,
como si las venas fueran crines de unicornio poseído por el fantasma del blues.
No hables mientras la palabra es la deformidad de lo nunca sentido.
Un dios extirpado
se extingue en la nieve de memoria.
Un dios-caballo muerde por última vez el césped de relámpagos
y desciende veloz
a los prados de lirio.

Marius, un poema intrépido abriéndose paso entre el fuego de pérdidas deformes. Relámpagos, césped DELIRIO. Dar a luz a la muerte...pero he aquí la creación, este extraordinario poema. Abrazos, ERA

Vuelvo a admirar este magnífico e impresionante poema.