Los poetas (a mi amigo y maestro Óscar Distéfano)
Publicado: Sab, 18 Ene 2014 10:04
Los poetas (a mi amigo Óscar Distéfano, a quien puedo llamar maestro)
"Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;"
Vicente Huidobro
Los poetas.
A esa hora extraviada de la tarde
en que el atardecer con sus últimos hálitos suspira
y la melancolía crece a borbotones,
cuando la luz se cubre de sombra y de sosiego,
en esa comunión en que vive y asciende el ruin silencio,
al balcón de la calle salen los poetas.
Ellos venden y venden poesía;
en el atardecer de las aceras ofrecen sus semillas;
ellos marchan insomnes, circunspectos y tristes,
soñadores, alegres e insurrectos,
cortando la distancia del Hombre con la vida.
Sus cantos llegan auspiciando,
como esgrimiendo la belleza,
decididas nostalgias, inusitados versos,
confesiones mordaces, inminentes tristezas,
amores indomables, deseos complacientes,
dolientes experiencias, esperanzas afables,
ideas filosóficas, reflexiones vitales.
Sinsabores, comedias, dramas, aflicciones,
de estas cosas se nutren y cantan los poetas,
repican con sus trovas en nuestras ilusiones,
nuestra piel, nuestros ojos y nuestra carne abierta,
el sudor, la retina, el cuerpo,
la neurona, el instinto, los recuerdos,
el alma, el corazón y el pecho.
Con palabras nos movilizan los poetas,
ellos mueven los hilos invisibles
desmarañando las madejas de la vida,
ellos, intelectuales, comprometidos,
románticos, clásicos o modernos,
realistas, simbolistas, surrealistas,
filósofos, cínicos o sátiros,
o simplemente poetas enamorados.
Cantando vierten en nuestra conciencia
elegías, odas y glosas,
epitafios, metapoemas y alegatos,
madrigales, epigramas, sonetos,
versos libres o prosa poética.
Así venden sus versos los poetas.
Pero, a esa hora tardía de la noche
en que la oscuridad se hace infinita,
en que el mundo se va quedando
más desnudo, mucho más dormido,
en esa quietud sin más movimiento
que el beatífico reposo,
en que solos y ateridos nos hablan
en mil susurros los silencios,
hablan con el silencio los poetas.
Con lasitud extrema caen adormidos,
y otra jornada en la rutina se sucede
a la que acuden con hastío los poetas.
_________________
Muchas gracias, amigo Óscar, por ayudarme a limpiar, fijar y dar esplendor a estos versos.
Un gran abrazo.
Carmen
"Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;"
Vicente Huidobro
Los poetas.
A esa hora extraviada de la tarde
en que el atardecer con sus últimos hálitos suspira
y la melancolía crece a borbotones,
cuando la luz se cubre de sombra y de sosiego,
en esa comunión en que vive y asciende el ruin silencio,
al balcón de la calle salen los poetas.
Ellos venden y venden poesía;
en el atardecer de las aceras ofrecen sus semillas;
ellos marchan insomnes, circunspectos y tristes,
soñadores, alegres e insurrectos,
cortando la distancia del Hombre con la vida.
Sus cantos llegan auspiciando,
como esgrimiendo la belleza,
decididas nostalgias, inusitados versos,
confesiones mordaces, inminentes tristezas,
amores indomables, deseos complacientes,
dolientes experiencias, esperanzas afables,
ideas filosóficas, reflexiones vitales.
Sinsabores, comedias, dramas, aflicciones,
de estas cosas se nutren y cantan los poetas,
repican con sus trovas en nuestras ilusiones,
nuestra piel, nuestros ojos y nuestra carne abierta,
el sudor, la retina, el cuerpo,
la neurona, el instinto, los recuerdos,
el alma, el corazón y el pecho.
Con palabras nos movilizan los poetas,
ellos mueven los hilos invisibles
desmarañando las madejas de la vida,
ellos, intelectuales, comprometidos,
románticos, clásicos o modernos,
realistas, simbolistas, surrealistas,
filósofos, cínicos o sátiros,
o simplemente poetas enamorados.
Cantando vierten en nuestra conciencia
elegías, odas y glosas,
epitafios, metapoemas y alegatos,
madrigales, epigramas, sonetos,
versos libres o prosa poética.
Así venden sus versos los poetas.
Pero, a esa hora tardía de la noche
en que la oscuridad se hace infinita,
en que el mundo se va quedando
más desnudo, mucho más dormido,
en esa quietud sin más movimiento
que el beatífico reposo,
en que solos y ateridos nos hablan
en mil susurros los silencios,
hablan con el silencio los poetas.
Con lasitud extrema caen adormidos,
y otra jornada en la rutina se sucede
a la que acuden con hastío los poetas.
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Muchas gracias, amigo Óscar, por ayudarme a limpiar, fijar y dar esplendor a estos versos.
Un gran abrazo.
Carmen