Editorial Alaire

Sucede ahora, que nadie trabaja
dándose la espalda, como en un duelo
las manos como garfios y los dedos
de piano, a esa distancia abnegada

Húmeda, como la tierra labrada,
Donde dicen, agoniza el silencio,
A esa hora cómplice, demorada,
A la crítica hora de los hechos

Qué ocurrirá a partir de ese momento
Si con el dedo índice te señala
la muerte, y tu no acudes al entierro

la muerte se enamorará de tu alma
Cuando terminen todos los inviernos
La flor de un día, será tu única arma

M. Alonso.

Hola Manuel, buenas tardes.
He leído tu poema con atención, me gusta la forma, el contenido y especialmente el fondo, pero si me permites una sugerencia, quitaría las mayúsculas con las que empiezas cada verso.

Húmeda, como la tierra labrada,
Donde dicen, agoniza el silencio,
A esa hora cómplice, demorada,
A la crítica hora de los hechos

Qué ocurrirá a partir de ese momento
Si con el dedo índice te señala
la muerte, y tu no acudes al entierro

la muerte se enamorará de tu alma
Cuando terminen todos los inviernos
La flor de un día, será tu única arma

Saludos mediterráneos.

Gracias Concha, gracias por pasar por aquí y dejarme estas letras, las mayúsculas no son intencionadas, sino que en mi portátil me salen cuando escribo y no se corregirlo, es decir, que se deben más a mi deficiente formación informática. Pero es un placer, y me alegro por la observación, pues tienes razón. Un beso.

Amigo Manuel, primero te doy la bienvenida al portal, por ser la primera vez que te contesto a un poema tuyo (que no leído), puesto que te he leído todo lo posteado hasta ahora.

Hace tiempo, que decidí no meterme en temas técnicos, por ello, me quedo de tu soneto con el alma, que al fin y a la postre, es lo que más importa, o al menos, es lo que debe importar...
Recibe un cordial abrazo.

Gracias amlgo por la bienvenida,un abrazo

Manuel Alonso escribió:Sucede ahora, que nadie trabaja
dándose la espalda, como en un duelo
las manos como garfios y los dedos
de piano, a esa distancia abnegada

Húmeda, como la tierra labrada,
donde dicen, agoniza el silencio,
a esa hora cómplice, demorada,
a la crítica hora de los hechos

Qué ocurrirá a partir de ese momento
si con el dedo índice te señala
la muerte, y tu no acudes al entierro

la muerte se enamorará de tu alma
cuando terminen todos los inviernos
la flor de un día, será tu única arma

M. Alonso.

Me ha encantado el terceto final, Manuel.

Gracias por compartir.

Un abrazo cordial.

PD: me he tomado la libertad de citarlo prescindiendo de las mayúsculas al comienzo de los versos; sólo a manera de ejemplo. El autor y sólo él tiene siempre la última palabra.

Manuel Alonso escribió:Sucede ahora, que nadie trabaja
dándose la espalda, como en un duelo
las manos como garfios y los dedos
de piano, a esa distancia abnegada

Húmeda, como la tierra labrada,
Donde dicen, agoniza el silencio,
A esa hora cómplice, demorada,
A la crítica hora de los hechos

Qué ocurrirá a partir de ese momento
Si con el dedo índice te señala
la muerte, y tu no acudes al entierro

la muerte se enamorará de tu alma
Cuando terminen todos los inviernos
La flor de un día, será tu única arma

M. Alonso.

Me ha gustado mucho el poema, amigo Alonso, tanto en forma como en fondo, pero.. no sé.. quizá quedaría mejor, ya que en algunas estrofas recurres a la puntuación, hacerlo en todas y bien. Seguro le daría aún más impresión ritmica al resultado.

Un abrazo.

Hola amigo, ytienes razon, lo tendreencuenta, gracias. Unabrazo.

Interesante aportacion que he leído con agrado.
Un abrazo.
Pepa

Hola hallie gracias unbeso.

Hols josefa te lo agradexco, un beso.

me gusta y me gusta como escribes, la naturalidad con que se acomoda.
saludos

Me ha gustado deslizarme por tus versos. Un placer
Besos
Pilar

Gracias macedonio, un placer y un abrazo.

Gracias pilar te lo.agradezco, un beso.

Editorial Alaire

LA FLOR DE UN DIA.

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