Editorial Alaire

Cada cual. Somos.
Y la identidad deambula entre ese ser y su Plural.

A veces, la identidad adormecida, olvida la primera persona, para contarse solo en “eses”. Y otras, es el tributo al amor el que la hace perderse en callejones en los que todo lo que se expone parece estar destinado para cederse al disfrute del Plural.

En cambio, en algunas ocasiones el Plural se viste de desengaño,y se singulariza presente, aunque siga ausente. Otras, Los Singulares luchan tenaces con las Eses, que quieren anexionarse ociosas, con nostalgia de ser palabra.

Así pues, las naturalezas compositivas están siempre en litigio, y es el decidir entre si destinar al seseo final los hallazgos, grandes o pequeños, o el alimentar el propio hambre de pieza, donde se centra todo.

Una y otra cosa no son siempre, aunque lo parezca, combinables.

Yo, que aún me debato entre las Eses, he notado como, sin embargo, he ido perdiendo el calor que me produce el habitar este texto.Cuando vi cómo desprendían calor otras palabras, y al ver mi nombre que había empezado a mudar, no le di importancia. Creo que está tomando conciencia de que pertenece a otro libro. Que se ordena en frases es cierto, pero empieza a sonar distinto, como de otro idioma...

Interesante el texto del singular y el plural. Muchos caminos se abren ante la unicidad y la multiplidad; o con un nosotros que hasta puede encerrar alguna historia de amor. Dos, uno, muchos, solitario, soledades.
Bueno el giro que haces al final; aparecen más puertas, más líneas de reflexión.

Gracias por compartir, Ventura.

Saludos cordiales.

Muchas gracias por tu generosidad. Eres grande.
Besos

Sube para deleite de todos.