Editorial Alaire

...

Vendando esquinas, huecas y vacías,
entre calles va, se apresura, ¡aullando!,
como si nunca antes hubiera entrado.
Desolación muda, que al pasar chilla...
invisible telaraña, avanzando,
robando la luz que en mis ojos brilla.

Nunca desapareció de mis manos
de esta forma el aliento tan maltrecho.
Insufla gélido, desde mi pecho,
y a las entrañas va petrificando,
se escurre azul, impávida, hacia el lecho,
el alma, que a la cuneta va echando.

Respiran tus pasajes en mis venas,
añiles, ya tiritan mis anhelos
al cruzar tu madeja de riachuelos,
se despojan las sombras de sus cuerdas,
triste y húmeda, adentro, centellea,
la esperanza de humildes chimeneas.

Una exánime luz, como robada,
apenas asoma, entre los recodos,
filtrándose extenuada, entre los lodos,
sorpresa de si subes o si bajas...
es del ánima su ultima parada.
Nada queda,[tab=30]¡sucumbe ya el congojo!
.
.
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Este viento de invierno debe subir para apreciar el susurro que va dejando. Un placer leerte
Besos
Pilar

Gracias Pilar, si es un viento en ascenso, de una sierra cercana al mar...lo crei molesto al llegar pero ahora he descubierto, ahora que no lo tengo y que no puedo mas que rememorarlo, que era el mismo aliento del mundo.
Besos y enhorabuena por tus escritos bellisimos

Arriba con este poema tan bello como interesante, de Ventura Morón, de su época medida y rimada.

Has dibujado el viento del invierno en inspirados versos. Me gustó mucho el ritmo que le has dado al poema. Un abrazo.

Ventura Morón escribió:...

Vendando esquinas, huecas y vacías,
entre calles va, se apresura, ¡aullando!,
como si nunca antes hubiera entrado.
Desolación muda, que al pasar chilla...
invisible telaraña, avanzando,
robando la luz que en mis ojos brilla.

Nunca desapareció de mis manos
de esta forma el aliento tan maltrecho.
Insufla gélido, desde mi pecho,
y a las entrañas va petrificando,
se escurre azul, impávida, hacia el lecho,
el alma, que a la cuneta va echando.

Respiran tus pasajes en mis venas,
añiles, ya tiritan mis anhelos
al cruzar tu madeja de riachuelos,
se despojan las sombras de sus cuerdas,
triste y húmeda, adentro, centellea,
la esperanza de humildes chimeneas.

Una exánime luz, como robada,
apenas asoma, entre los recodos,
filtrándose extenuada, entre los lodos,
sorpresa de si subes o si bajas...
es del ánima su ultima parada.
Nada queda,[tab=30]¡sucumbe ya el congojo!
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Creo que escribes muy bien, Ventura. Todo el poema es bello y su trato al tema, artístico. Hay algo bello en imaginar al poeta escribiendo y eso es la imagen que se ha presentado en mi mente, Ventura en el acto de escribir; es una sensación muy bella. Abrazos, ERA