Resurrección
Publicado: Dom, 12 Ene 2014 13:35
Yo no sé qué manos han golpeado
en las hierbas de tu cráneo
para que respondan grillos.
El puñal de la primavera se me clava en el pecho.
¡Vibrante herida!
¡Locura de aves que no emigran!
Hoy renuncio a mi posesión de atardeceres
y pianos helados en la mirada.
Dejo vivir en paz
a los seres que me aman.
No asesino más la infancia.
Vuelve, madre, a nacerme.
Vuelve, vástago, a devorar vacíos.
Muerde, luz, la sombra de mis ahogos
y tú, aire, la palabra que no purifica.
Los columpios arrojan de sí
risas desobedientes
que agarran el universo
y lo acercan a las hormigas.
Hay un niño catastrófico para cada soledad suelta,
un alpinista de las cumbres del suicidio
que entierra las banderas del fracaso
en los ojos de dios.
Un niño domador de gestos insurrectos
y sangres huidizas
que desordena el ser,
y uno se despierta lleno de juguetes
y poemas sin libro.
en las hierbas de tu cráneo
para que respondan grillos.
El puñal de la primavera se me clava en el pecho.
¡Vibrante herida!
¡Locura de aves que no emigran!
Hoy renuncio a mi posesión de atardeceres
y pianos helados en la mirada.
Dejo vivir en paz
a los seres que me aman.
No asesino más la infancia.
Vuelve, madre, a nacerme.
Vuelve, vástago, a devorar vacíos.
Muerde, luz, la sombra de mis ahogos
y tú, aire, la palabra que no purifica.
Los columpios arrojan de sí
risas desobedientes
que agarran el universo
y lo acercan a las hormigas.
Hay un niño catastrófico para cada soledad suelta,
un alpinista de las cumbres del suicidio
que entierra las banderas del fracaso
en los ojos de dios.
Un niño domador de gestos insurrectos
y sangres huidizas
que desordena el ser,
y uno se despierta lleno de juguetes
y poemas sin libro.