Editorial Alaire

Créeme que nunca te pensé...

Una vez las alas del dulzor cayeron en mi luz.

Entonces mi prisión fue tu memoria,
tu acento en los pasos de la vida: las rúas ciegas,
los cines sin espejos, las fachadas de antiguos símbolos
o las orillas del mar en prontitud.

Hoy quiero hablarte sin que las palabras sean señuelo
porque en la doctrina de las miradas tu esgrima ejerce
un influjo de sombras de hojalata
o murciélagos que conocen la ruta
que yo ansío.

Te presentí en los lugares del jazz, como si tu piel
lograra adormecer la silabas de un saxo
en la madrugadas de añil.

Perdona si mi lápiz perdido
eligió esa atmósfera de los iris
y su racimo de sal.

Quisiera encontrarte en las páginas de un hogar desnudo,
quisiera una penumbra cerca de ti
como un duende fósil.

Que no rastree mi corazón las horas sin paz,
que se ancle su exactitud en el hoy.

Que solo sea tu semilla una flor en el ártico desliz que se aleja.

Dime, ¿por qué vuelve lo innombrable a mi ser?

Un poema que reivindica, que es puerta abierta a la esperanza, que planta una semilla en los pulsos de la ceniza. Todo un deleite recorrer el territorio de tus magníficos versos, Ramón. Abrazos.

Hay tan buen hacer en tus versos que no sabría elegir uno. Eres tanta verdad en tu estilo que uno te reconoce sin nombre. Mis felicitaciones sinceras, Ramón.
Besos
Pilar

Rosa Marzal escribió:Un poema que reivindica, que es puerta abierta a la esperanza, que planta una semilla en los pulsos de la ceniza. Todo un deleite recorrer el territorio de tus magníficos versos, Ramón. Abrazos.

Muchas gracias, Rosa, por tu lectura y amable comentario. Un abrazo.

Todo el mundo que pulula por los foros de la red, sabe desde hace muchos años que eres un maestro en la imaginería poética, pero en algunos de tus poemas, como este que aquí nos ocupa, se engarza de tal manera tus reglones fantásticos, que alcanzas la más altas cotas de la poesía dicha de este modo, que para mí, de toda la diversidad de formás de llegar a lo poético, es la que más prefiero, por cuestiones harto repeticas y sobre todo muy recientemente.

Un aperta, poeta.

Ramón,

estás en racha, amigo. Las imágenes y metáforas que inventas cada día son de gran nivel. No tiene límite tu coctelera.

Y, al fondo, el hombre.

Un abrazo, amigo.

Espléndido, Ramón. Felicidades.

Un abrazo.
Ignacio

Pilar Morte escribió:Hay tan buen hacer en tus versos que no sabría elegir uno. Eres tanta verdad en tu estilo que uno te reconoce sin nombre. Mis felicitaciones sinceras, Ramón.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, por tus palabras que para mi suponen un estímulo. Un abrazo.

Tu buscas paz y yo disfruto de estos versos

Un abrazo

Enorme y bellísimo poema, Ramón. Para guardar silencio y respirarlo en toda su pureza.

Abrazos y felicidad.

Pintar esos poemas de lugares es viajar por el descubrimiento de una nostalgia inesperada.

Toda una inspiración, felicidades

Un gran poema. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa

J. J. M. Ferreiro escribió:Todo el mundo que pulula por los foros de la red, sabe desde hace muchos años que eres un maestro en la imaginería poética, pero en algunos de tus poemas, como este que aquí nos ocupa, se engarza de tal manera tus reglones fantásticos, que alcanzas la más altas cotas de la poesía dicha de este modo, que para mí, de toda la diversidad de formás de llegar a lo poético, es la que más prefiero, por cuestiones harto repeticas y sobre todo muy recientemente.

Un aperta, poeta.

Bueno, J.J., no sé si soy tan conocido como tu dices, lo que si es que te agradezco la generosidad de tus palabras. Unha forte aperta.

Pablo Ibáñez escribió:Ramón,

estás en racha, amigo. Las imágenes y metáforas que inventas cada día son de gran nivel. No tiene límite tu coctelera.

Y, al fondo, el hombre.

Un abrazo, amigo.

Muchas gracias, Pablo, por tus amables palabras. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Créeme que nunca te pensé...

Una vez las alas del dulzor cayeron en mi luz.

Entonces mi prisión fue tu memoria,
tu acento en los pasos de la vida: las rúas ciegas,
los cines sin espejos, las fachadas de antiguos símbolos
o las orillas del mar en prontitud.

Hoy quiero hablarte sin que las palabras sean señuelo
porque en la doctrina de las miradas tu esgrima ejerce
un influjo de sombras de hojalata
o murciélagos que conocen la ruta
que yo ansío.

Te presentí en los lugares del jazz, como si tu piel
lograra adormecer la silabas de un saxo
en la madrugadas de añil.

Perdona si mi lápiz perdido
eligió esa atmósfera de los iris
y su racimo de sal.

Quisiera encontrarte en las páginas de un hogar desnudo,
quisiera una penumbra cerca de ti
como un duende fósil.

Que no rastree mi corazón las horas sin paz,
que se ancle su exactitud en el hoy.

Que solo sea tu semilla una flor en el ártico desliz que se aleja.

Dime, ¿por qué vuelve lo innombrable a mi ser?

Uff, un poema para enmarcar. Gracias por escribir así, Ramón.
Un beso