Editorial Alaire

Me enseñaron que la Gravedad es ley,
que los pájaros mueren de sed o de frío
o de tristeza
si no sueñan un vuelo azul que los alumbre,
que la tierra atrae hacia su vientre
los cuerpos con sus sombras,
que toda ilusión es vulnerable
y se derrumba
cuando la campana del fin anuncia
la hora álgida.

Nadie me dijo
qué hacer con esas lágrimas nunca derramadas,
dónde comprar una sonrisa que no hiera los ojos,
o una pregunta que roce la lengua de la eternidad,
cómo extraer una a una
las piedras que pesan en el alma,
o cómo usarlas de pedernal
y encender un fuego
cuando aúllan las dudas y sus lobos terribles.

Solo el instinto sabe
que hay que plantar jazmines
sobre la calavera del invierno,
hundir en la garganta el muro del orgullo
y dolerse de todas las heridas,
olfatear las huellas profundas de la luz
hasta eclipsar los ochenta suicidos por minuto
que todo corazón genera en su caída.

Es un poema preñado, ningún verso está vacío. En cada forma del aliento hay una densidad ligera, como vadear un río pulsando con el pie quién sabe si hoja o piedra, y qué importa si hay fe, fe como instinto, como fulgor de eclipse. Celebro la esperanza, la fuerza y la valentía de tu obra. Abrazo muy muy fuerte, Rosa.

Rosa, este poema habla por nosotros, por todos, cómo sobrevivirnos, cómo llegar a aceptar la erosión del pensamiento causado por dolorosas verdades de la existencia.
Aún así, tu poema se viste de belleza, es una belleza trágica, tiempos que nunca vuelven, piedras que pesan en el alma. Magnifico. Recibe mis abrazos, querida amiga y felicitaciones, feliz fin de semana, Rosa.

Usas la gravedad como peso de las experiencias que nos hunden, pero la tristeza no quita un ápice de belleza a tus versos. Hermoso poema.
Besos
Pilar

Hermosísimo trabajo, Rosa. Opino como Bruno todos los versos son magníficos y la esperanza llega de una manera arrolladora. Creo que es el poema que más me gusta (mira que es difícil escoger) de los que has escrito. El cierre es demoledor, de una belleza encantadora. Mis felicitaciones, a tu talento, lo he disfrutado muchísimo.

Un gran abrazo, amiga.

Carmen

Para acertar alguna vez hay que equivocarse muchas.
Hay un sabor amargo-dulce en tu decir que mide el porvenir
de la esperanza aunque los recursos del pasado nos lleven la
contraria.
Las leyes naturales son insobornables, a no ser que les alimentes
de buena poesía, como tú haces aquí.

un abrazo

Me ha sido imposible resaltar alguna parte del poema, todo él es magnífico. Personalmente creo que es uno de tus mejores trabajos, Rosa. Mi aplauso y más sincera felicitación, querida amiga.
Un fuerte abrazo.

Rosa Marzal escribió:Me enseñaron que la Gravedad es ley,
que los pájaros mueren de sed o de frío
o de tristeza
si no sueñan un vuelo azul que los alumbre,
que la tierra atrae hacia su vientre
los cuerpos con sus sombras,
que toda ilusión es vulnerable
y se derrumba
cuando la campana del fin anuncia
la hora álgida.

Nadie me dijo
qué hacer con esas lágrimas nunca derramadas,
dónde comprar una sonrisa que no hiera los ojos,
o una pregunta que roce la lengua de la eternidad,
cómo extraer una a una
las piedras que pesan en el alma,
o cómo usarlas de pedernal
y encender un fuego
cuando aúllan las dudas y sus lobos terribles.

Solo el instinto sabe
que hay que plantar jazmines
sobre la calavera del invierno,
hundir en la garganta el muro del orgullo
y dolerse de todas las heridas,
olfatear las huellas profundas de la luz
hasta eclipsar los ochenta suicidos por minuto
que todo corazón genera en su caída.

Rosa, tu Gravedad es un poemazo. Su fuerza va hasta el centro mismo de la tierra. Conmociona la belleza, el hilo firme, la inteligencia.

Reverencias y un abrazote, compañera.

sí es un poemazo
sobre todo el liberarse a ser poesía y colgarse de la panza de los pájaros hasta sentir azul. el refugio en las flores también es una pauta. te felicito. es buenísimo de verdad.
te mando un beso

Rosa,

me ha gustado mucho, amiga. Creo notar un registro diferente a lo que es habitual en tí, más narrativo y ordenado. Me ha gustado la distribución de las estrofas, de amplio aliento, con largo-cortos que le dan un ritmo variado. Los primeros versos de cada una de ellas definen la secuencia ordenadamente:

Me enseñaron que... (planteamiento)
Nadie me dijo... (nudo, dudas)
Solo el instinto sabe (solución)

A mí me gusta ese tipo de ordenamiento en los poemas. Y esos bellos conjuntos que tan bien se te dan y que, a mi juicio, constituyen una de las claves de un buen poema:

vuelo azul que los alumbre
hora álgida
las piedras que pesan en el alma
las huellas profundas de la luz

Esos pares originales asociados, nombre +complemento(s), extraños entre sí pero unidos por el talento, que generan "otra realidad". Se te dan muy bien, Rosa, y tal vez puedan ser la plataforma para mejorar: estirar esas asociaciones, pensarlas más, darles vueltas... ¿álgida? ¿podría ser algo todavía más evocador? ¿qué puedo juntar a "hora", algo que apabulle por su creatividad...?

Me ha encantado, Rosa.

Un abrazo.