Editorial Alaire

L A V E J E Z

Un enfermo llora triste
Su agonía, obscura,
Es mucha su amargura,
Ya no come ni se viste.

Su rostro es una máscara,
Metido en la basura
Rebusca con locura,
Para comerse una cáscara.

Para saciar la hambruna
El anciano mendigaba,
Si alguien algo le daba
Él sentía una fortuna.

Solo vive del recuero
Ya no tiene compañera,
Olvidó de cuando fuera
Casado y joven cuerdo.

Su pecho está sangrando,
Se quedó solo, sin trono,
Pobre y en abandono.
Ven –dice a Dios- llorando.
Rafael Mérida Cruz-Lascano

Nos traes una vejez tremendamente triste, llena de necesidades y de abandono. El final lo dice todo, lo único que lo salvará de este dolor es la muerte. Te felcitio, es un poema que muestra una realidad por la que atraviesan, desgraciadamente, muchas personas.

Un abrazo

Gracias Rosario, os agradezco vuestras palabras en las que rememoras el calvario que pasan los ancianos abandonados por su familia o por la sociedad. Este tema es real y enteramente humano, me lo inspiró un señor (más joven que yo) sumido en el alcoholismo y que deambula por las calles como un despojo.-