Editorial Alaire

La tarde se desliza. Me parece notar
la tibia efervescencia del tiempo estéril,
como una pompa estalla en la sien de una estatua:
el imposible parpadeo, la piel que, incólume,
resiste el bombardeo de los meteoros,
el arado del liquen arraigando en sus poros.
Por el cine interior, proyectan los objetos
deseos que en sí llevan el germen del aburrimiento.
La mente se disfraza de sombras chinescas.
Si hubo una vez belleza en las llamas de Roma,
todo está permitido, y el bostezo
tal vez arrastre en su túnel de viento
los ecos de un big bang imaginario.
Tranquilidad. No pasa nada.
Después de un poema,
sobreviene la paz de los supermercados.

Roberto, un poema excelente y sin grietas. El lector sigue el hilo de la descripción mientras se cubre de significado, mientras un universo estancado en los adentros del ser empieza a ser reflejado en la naturaleza urbana. Me ha encantado, amigo. Abrazo y felicitaciones sinceras.

Un poema excelente, Roberto. Donde esa capacidad tuya, de animar los objetos urbanos y hacer de lo cotidiano y ordinario un universo, toman una forma muy bella. Sabes que me gusta mucho leerte.

Un abrazo,

Carmen

Un poema delicado, amigo Roberto. De una delicadez radiante. Las imágenes que, efectivamente, estallan ante los ojos. Y ese cierre que da título al poema y que yo había interpretado de otra manera... En realidad, título y verso final encierran el poema y lo impregnan de concepto, de modo que las imágenes vienen, aparte de con su fuerza intrínseca, de algún modo mediatizadas por esa idea-fuerza... Muy bueno.
Un abrazo

Buen poema, Roberto, de los que se leen suavemente y dejan su impresión agradable en el lector. Un placer
Besos
Pilar

No se puede dejar la opinión de la belleza en ojos de Nerón, amigo.
Pero sí se puede corroborar que en tú poema circula la elegancia poética
con esa fuerza que le dan los símbolos que van al interior y sacan
lo mejor asido a la semblanza de una descripción connatural.

Roberto,

me gusta mucho, amigo. Hay algo estéril en esas grandes superficies con cine, supermercado y tiendas de moda. Con la crisis, muchas de ellas permanecen vacías la mayoría del tiempo, con tiendas cerradas y saldos, lo que incrementa aun más esa sensación de paz vacía. La tarde se desliza por ellas con un alienante bostezo. Has sabido reflejar con brillantez esa sensación.

Un abrazo.

Suscribe la expresión "elegancia poética" que deja en su comentario Guillermo refiriéndose a tu hacer poético, que entre otras muchas cualdades, esa se deja ver en todos y cada uno de tus excelentes y siempre bien edificados trazos.


Un gusto pasar por tus cosas, estimado López .R.

Mis afectos.

La tarde se desliza. Me parece notar
la tibia efervescencia del tiempo estéril,
como una pompa estalla en la sien de una estatua:
el imposible parpadeo, la piel que, incólume,
resiste el bombardeo de los meteoros,
el arado del liquen arraigando en sus poros.

Ingeniosa manera de reivindicar el sobresalto, el escozor en los cuerpos que no quieren ser de piedra (todo un hallazgo). También es ingenioso el último verso de tu hermoso poema, amigo Roberto.
Abrazos.

Impresionante la alquimia que traduce el tedio y la abulia en un resultado poético para, después, reposar los sentidos en la neutralidad intelectual que brinda la paz de los supermercados. Brillante!

Un disfrute integral tu poema. Con mi reconocimiento, un abrazo.

Buen poema, Roberto, con aire de spleen y muy logradas imágenes. Un saludo cordial.

Marius Gabureanu escribió:Roberto, un poema excelente y sin grietas. El lector sigue el hilo de la descripción mientras se cubre de significado, mientras un universo estancado en los adentros del ser empieza a ser reflejado en la naturaleza urbana. Me ha encantado, amigo. Abrazo y felicitaciones sinceras.

Muchas gracias, Marius, por tomarte el tiempo de leer e interpretar mis versos. Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:La tarde se desliza. Me parece notar
la tibia efervescencia del tiempo estéril,
como una pompa estalla en la sien de una estatua:
el imposible parpadeo, la piel que, incólume,
resiste el bombardeo de los meteoros,
el arado del liquen arraigando en sus poros.
Por el cine interior, proyectan los objetos
deseos que en sí llevan el germen del aburrimiento.
La mente se disfraza de sombras chinescas.
Si hubo una vez belleza en las llamas de Roma,
todo está permitido, y el bostezo
tal vez arrastre en su túnel de viento
los ecos de un big bang imaginario.
Tranquilidad. No pasa nada.
Después de un poema,
sobreviene la paz de los supermercados.

Excelente! Una hermosura monstruosa toma forma y significados en cada milésima de segundo tanto en los eventos de la Física como en la historicidad humana. No obstante, los detalles aún los más frívolos, a su vez divisan el paso individual, el poema íntimo de cada ser y cosa viviente.

Te felicito por capturar el movimiento y la estática de un momento emotivo en el espacio-tiempo. Bravo, ROBERTO! Abrazos,ERA

Roberto, el poema me ha gustado mucho, la tarde, las estatuas se encarnan, los supermercados, versos muy bellos, amigo, gracias, un abrazo.

Carmen López escribió:Un poema excelente, Roberto. Donde esa capacidad tuya, de animar los objetos urbanos y hacer de lo cotidiano y ordinario un universo, toman una forma muy bella. Sabes que me gusta mucho leerte.

Un abrazo,

Carmen

Y a mí me gusta mucho que me leas jajaja... Un abrazo.