Editorial Alaire

Todo se vuelve nada
porque nada perdura eternamente,
cada minuto, cada
instante ve latente
la huella de un amor que se arrepiente.

Todo aquí es relativo,
la nada es un concepto muy abstracto;
nacer, sentirse vivo,
hallar el punto exacto
donde el amor pueda salir intacto.

Pero todo termina,
nada es eterno como bien lo dices,
el tedio y la rutina
nos dejan cicatrices
sobre la piel de nuestros sueños grises.

Si, todo terminó,
quedó el recuerdo de una luna llena,
quedé de nuevo yo
al borde de una pena,
cumpliendo a voluntad esta condena.

Ya nada me consuela,
todo lo que yo amé, todo fue falso,
la noche me revela
que voy a tu cadalso,
con tu desdén bajo mi pie descalzo.

La nada envuelve todo,
como se envuelve con la noche el día,
saber que ya no hay modo
de amarte todavía
envuelve de tristeza el alma mía.

Me llenan plenitudes
de estos dolores que ignorar no calma,
fuiste amor, no lo dudes,
el todo que se empalma
con esta nada que estremece el alma.

- Javier

Todo se llena de inquietud cuando se mira el final sombrío y solo.
La lira puso música versal en sus estrofas de resuello.

Un abrazo y Feliz Año Nuevo

Muchas gracias, Guillermo por echar a volar estos versos.

Saludos

Javier

Amigo Javier, liras que llevan el sello lírico tuyo.
Pecaré de sincero, la última lira (por su penúltimo verso) se me hizo algo forzada.
Un abrazo.