Editorial Alaire

VACUIDAD

Dado que odia quedarse a solas, incluso cuando reza o duerme,
acostumbra a vivir entre los prójimos para no encontrarse
de cara con su sombra. Da pasos temerosos y se esconde
si juzga otra presencia como propia. A veces cuando camina
dilata bien los ojos para no sentirse como un autómata
de porte indiferente. Reniega de su imagen (una vez
se descubrió a sí mismo y no supo qué decir). Si por ventura
se cruzan con su rostro, sonrían, es quizá la única forma
de saber que no es él quien nos mira al otro lado del reflejo.


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Hermoso trabajo, José Manuel. La magia y los rostros casi invisibles, el saberse solo e incierto, la temible lengua de la nada...

Abrazos y sólo lo mejor para estos días y siempre.

Un poema que refleja un sentimiento, para mí, de soledad. Preciosos versos que ahondan y llegan.
Besos y Feliz Año
Pilar

Hermoso poema de José Manuel.

Nos dejas aquí, J Manuel, un mensaje para pensar y repensar, imagen en otra imagen. La vacuidad va por dentro. Quiero aquí destacar el cierre tan armonioso a la vez que contundente.

Enhorabuena, poeta.


Víctor